José Armando Navarrete Ulloa es uno de los empresarios zacatecanos que han logrado conquistar la cima de la montaña más grande del mundo: El Everest. Originario de Fresnillo, su pasión y 27 años de experiencia en escalada de roca y alpinismo, lo llevaron a cumplir una de las metas más ambiciosas de la humanidad, al llegar a la cima del punto más alto del planeta.
En entrevista exclusiva para Líder Empresarial, nos dio a conocer la larga travesía que tuvo que realizar para llegar hasta su meta. A partir de una preparación adecuada, y tras subir múltiples montañas en diversas partes del mundo, realizó el paso decisivo que lo llevó a concretar sus objetivos.
Durante septiembre del 2021, Navarrete Ulloa logró subir su primera montaña de 8 mil metros. Se trata de El Manaslu (8 mil 156 metros), en la cordillera del Himalaya, en Nepal. Logró conectar todo el proceso en un lapso de 22 horas. A partir de esa victoria, se preparo con los permisos y la inversión necesaria para subir al Everest.
El alpinista explica que el proceso para subir es largo: en un principio es necesario realizar una aclimatación del cuerpo, a partir de rotaciones que se realizan en campamentos dispuestos en la montaña, a diferentes alturas. José Navarrete tardó un periodo de 21 días, tiempo que, señala, fue muy corto.
“A partir de los 5 mil metros comienzas a sentir los estragos de la altura. Es por ello que es necesario tener periodos de descanso y recuperación, sobre todo porque estás expuesto a mucha deshidratación y poco alimento. Una vez que llegas al último campamento y terminas la rotación solo queda esperar que se abra una ventana de buen clima”.
La salida inicial la realizó el 10 de mayo para llegar al segundo campo base. Una vez ahí, él, junto con un grupo, continuaron hacia el tercero, el cual estaba a 7 mil 100 metros. Una noche después se desplazaron al campo 4 (7 mil 980 m), conocido como la zona: “A esa altura tu cuerpo va muriendo lentamente. Pierdes cerca de 7 litros de agua por hora. La deshidratación complica mucho las cosas y el agua que tomas no te sirve de mucho”.
De esta manera, el 13 de mayo, salió a las 7 de la noche hacia la cumbre y llega el 14 de mayo a las 7 de mañana. Tras doce horas intensas y de inmensa satisfacción, toco el viaje de bajada. Las bajadas, indica, también son peligrosas. Tras sobrellevar una serie de problemáticas y obstáculos, logró finalizar su travesía.