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Jeff Weiner o cómo ser uno de los CEO más queridos del mundo

Desde que tomó las riendas de LinkedIn en 2008, Jeff Weiner se ha posicionado como uno de los líderes empresariales más reconocidos a nivel mundial.  En 2019, el portal de capital humano Glassdoor lo ubicó en la posición #8 en el ranking de los CEO’s mejor valorados, con un 97% de aprobación de sus colaboradores. 

Egresado de la prestigiosa Escuela de Negocios Wharton School de la Universidad de Pensilvania, el empresario jugó un papel fundamental en la venta de LinkedIn a Microsoft por 26 mil millones de dólares. 

Tiempo atrás, el directivo salió en las noticias después de las acciones de la compañía cayeran 40% en la bolsa de valores, por lo que Weiner decidió, entre otras medidas, regalar su bono de 14 millones de dólares a sus empleados, después brindar un discurso motivador en el que alentó a su fuerza de trabajo a enfrentar el desafío y demostrarle aquellos que dudan de la compañía que están cometiendo un error. 

En una entrevista, le preguntaron a Jeff por qué había tomado tal decisión. En su respuesta, aludió a los valores que le enseñaron sus papás: «Ellos me enseñaron a confiar en mi institinto y no sobre intelectualizar las cosas. Y cuando sientes que es la manera correcta de hacer las cosas, simplemente las haces». 

Por ello, dejamos tres enseñanzas que forman parte de la filosofía de uno de los directivos más queridos del mundo. 

La pregunta que lo desecandena todo

Si Jeff pudiera realizar una sola pregunta para definir el futuro de un aspirante dentro de LinkedIn, sería: “¿Cuál es tu trabajo soñado más grande? Ninguna otra.  

«Lo encuentro tan sumamente valiosa porque me ayuda a evaluar el encaje [del aspirante con la empresa]. Me ayuda a tener una idea de quién eres en virtud de la especificidad de tu respuesta. Una vez que sabes qué es lo que finalmente deseas, eres mucho más capaz de manifestarlo», respondió en una entrevista con CNBC. 

En este escenario, si tu respuesta es “Jeff, mi dream job es ocupar el puesto que tú tienes ahorita”, probablemente tendrías al CEO de LinkedIn en la bolsa.

«Me encanta esa respuesta. Alguien que tiene ese claro sentido de lo que quiere hacer a largo plazo es el tipo de persona con el que deseas tomarte el tiempo de entrenar y ser su mentor, especialmente cuando tienen la materia prima y la aptitud para algo así», confesó Weiner. 

A lo largo de su carrera, seguramente Jeff se habrá visto en la disyuntiva de decidirse por una persona, aún cuando los candidatos tienen similar capacidad y experiencia. Para esos casos, Weiner sostiene que se decanta por el perfil con el que hallo más afinidad, mayor sintonía: 

“Es un tema de conexión. Hay ciertas personas con las que he tenido el privilegio no solo de conocer, sino trabajar, que en cuestión de pocos minutos de nuestra entrevista, siento que lo conozco de años. Con el paso del tiempo, aprendes que compartes un sentido de valores, un sentido de propósitos, un sentido del humor -creo que todas esas cosas ayudan a las personas a forjar relaciones fuertes”.  

“Una cosa que puede fraguar esa conexión es la capacidad de aprender del otro. Esas son las personas más valiosas con las que he trabajado, gente que proviene de contextos muy diferentes a  mí en términos de educación, experiencia laboral, educación. El estar consciente de tus fortalezas y debilidades, y ser capaz de rodearte de personas que puedan cubrir esos espacios es fundamental para construir un equipo de trabajo de clase mundial». 

La compasión como motor de éxito

Si le preguntasen a los directivos de las grandes compañías del mundo cuál ha sido el rasgo que mayormente ha contribuido a su éxito, seguramente muchos dirían que la dedicación, el esfuerzo, la entrega, el trabajo. 

En este caso, Jeff Weiner se distingue por su respuesta. Cada que lo interrogan por el valor que lo ayudó a ser exitoso, él siempre responde de la misma forma: la compasión. 

«[Ser compasivo] significa caminar una milla en los zapatos de la otra persona y comprender sus esperanzas, sus miedos, sus fortalezas, sus debilidades…[a partir de ahí] hacer todo lo que esté en mis manos para que sean exitosos», dijo en un discurso en su Alma Mater.

Weiner ha sostenido que trata de manejar a su grupo de colaboradores bajo un “liderazgo compasivo”; ha mencionado que esa perspectiva la aprendió en su etapa de trabajador en Yahoo, aprendiendo de sus errores.

En unas entrevista para Bloomberg,  el directivo manifestó: «Me di cuenta que si me tomo el tiempo para comprender qué es lo mi colaborador está tratando de lograr y cómo puedo ayudarlo funciona bastante mejor que proyectarle mi propia visión de las cosas. Y creo que es un error que comenten muchos jóvenes ejecutivos más jóvenes y menos experimentados. Ciertamente, ese fue un error que cometí». 

El directivo de LinkedIn reiteró que la gestión compasiva es ponerse en los zapatos de la otra persona, entender su perspectiva. Dijo que en su acepción clásica la compasión se refiere a aliviar el sufrimiento del otro, en un ambiente laboral está referido a cómo el líder puede ponerse en posición de ayudar a sus colaboradores; en aceptar las diferentes y comprender las diferentes visiones de los empleados y construir desde esa premisa, más que adoptar una posición autoritaria y dictatorial.

Sacar al pitcher antes de perder el juego

Una de los grandes consejos de Weiner proviene de una imagen deportiva -en este caso, beisbolística: Nunca dejes al pitcher demasiado tiempo sobre el montículo. 

“En el baseball, por lo general, cuando un pitcher se cansa, el manager sale para hablar con él y preguntarle cómo está, a lo que el pitcher responde que está bien, que regrese a su lugar. Luego el lanzador permite un home run y su equipo pierde”, ilustra Jeff.

“El rol del lanzador no es dictar qué es lo que debe hacer el manager; al contrario, es este último quien debe tomar esa decisión”, afirma. “Es tarea de los directores reconocer el momento en el que los empleados no están rindiendo a la altura de su función, [porque] en en más de 20 años dirigiendo gente, nunca ha venido alguien conmigo a decirme que no puede con su trabajo. Ni una vez”.

Ante esta situación, el CEO de LinkedIn dice que comunmente los directivos deciden omitir el bajo rendimiento de sus empleados y hacerse de la vista gorda. «Quizá porque tienen miedo de la incertidumbre del cambio; o por el temor de desmoralizar al equipo; o por qué tan rápido podrán encontrar un reemplazo…Una retahíla de preocupaciones que generalmente no conducen al camino correcto». 

En este sentido, Weiner señala que con el paso del tiempo, aprendió que los directores deben ser honestos con sus empleados y establecer un plan para cerrar la brecha de habilidades que está dificultando al empleado cumplir con su función. 

Para ello, sugiere abordar el tema con el colaborador con las siguientes palabras: “Yo te apoyo. Yo soy la razón por la que estás haciendo esta labor y trabajaré contigo para hacer todo lo que esté en mi alcance para que estés a la altura, si no por encima del reto». 

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