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Itziar Carracedo: el arrojo y la disciplina hechos carrera 

Itziar Carracedo, editora general de la revista Quién, no tenía muy claro lo que quería estudiar. Respondió un examen vocacional que la enfiló hacia la Licenciatura de Relaciones Internacionales, la cual hizo en la Universidad Iberoamericana. Quedó maravillada. Su deseo era trabajar en la Secretaría de Relaciones Exteriores, en alguna embajada, un consulado, quizá. 

Mientras buscaba iniciar profesionalmente en algo afín a su carrera, le ofrecieron trabajo en una revista de Grupo Televisa. Se dijo a sí misma: “¿Por qué no? Sé escribir, sé investigar, sé sintetizar. De alguna manera, tengo que empezar a picar piedra”, recuerda.

Ella tenía muy bien identificadas sus cualidades, desarrolladas y potenciadas durante sus estudios universitarios, y aceptó el trabajo, pese a ser en un campo ajeno a aquel en el que se visualizó. Quedó fascinada por el mundo de los medios de comunicación y de la industria creativa.

Pero, la política seguía siendo una de sus pasiones y el deseo de trabajar en el ámbito público permanecía intacto. Mientras trabajaba en la revista masculina Esquire, se le presentó la oportunidad de irse al SAT, al área de comunicación de Asuntos Internacionales.

“Me pregunté: ¿Voy a dejar la carrera que llevo -en el mundo editorial- y empezar de nuevo? No tenía ni idea de adónde iba ni de qué trataría el trabajo; pero la verdad es que siempre he sido muy aventada, siempre he creído que hay que estar abiertos a las posibilidades. Nunca sabes dónde va a estar la oportunidad”, refiere.

La experiencia fue magnífica, aunque recuerda que ahí supo realmente lo que significa el estrés. Si en su anterior trabajo el estrés derivaba de cerrar a tiempo la revista o conseguir una fotografía, aquí lo desataba el famoso “teléfono rojo” (que suponía una llamada desde Los Pinos) o la presión por una información que el secretario de Hacienda solicitaba porque al día siguiente se reuniría con el presidente. Tampoco tenía horario, y los días de descanso eran relativos.

«Pero algo muy enriquecedor con lo que me quedé es la gente que conocí: gente muy preparada, muy trabajadora, muy comprometida, capaz de empezar a las 8 de la mañana y terminar a altas horas de la noche de lunes a viernes; gente capaz de morir en la raya”.

Tras casi tres años en el sector público, se avecinaba el cambio de administración federal e Itziar no sabía muy bien qué haría en el caso de no continuar laborando en el SAT. Sin embargo, una de sus grandes premisas siempre ha sido “cerrar las puertas de la mejor manera”; es una filosofía que la ha acompañado toda la vida.

“Nunca sabes en qué momento necesitarás el apoyo de la persona que está al lado de ti, jamás hay que creer que eres más que el otro. Eso me ayudó en Televisa a hacer muy buenas relaciones de trabajo tanto con mis colaboradores como con la competencia”, explica.

Precisamente, una amiga del grupo antagónico al de Televisa (Expansión) la invitó a ser editora adjunta de la revista InStyle“Fue una oportunidad de regresar a un mundo que me encantó, como es el editorial”. Se desempeñó en dicha función durante seis años, antes de ser nombrada editora general de la revista Quién, posición que ocupa desde hace dos años y medio.

Si hay un rasgo que ha permanecido en ella en estos más de quince años de trayectoria profesional, es la disciplina: “Es el hecho de jamás dejar mi trabajo aventado; nunca no asumir una responsabilidad; siempre tratar de hacer mi trabajo de la mejor manera posible. Finalmente, es tener bien asumidas tus responsabilidades y saber que tienes que cumplirlas sí o sí”.

Itziar Carracedo también rescata el valor del compañerismo: “He sido una persona que ha ido haciendo relaciones allá adonde va. Siempre trato de poner la mejor cara y dejar una buena vibra. Para mí esto ha sido clave, porque me ha ido llevando a distintos lugares. Es gratificante que la gente quiera trabajar contigo, que te recomienden, porque ven en ti un liderazgo positivo».

¿Cuáles son los retos profesionales que siguen para Itziar? «Siempre es un desafío estar en un medio de comunicación, y más con las transformaciones digitales que hemos visto los últimos años. Considero que el principal reto es cómo diferenciarte en un mundo digital tan grande. Es un océano inmenso en el que si no te distingues, te pierdes”, contesta.

Pero también quiere regresar a dar clases. Fungió como maestra de preparatoria durante más de 12 años, impartiendo clases de política, algo que extraña en demasía y que tuvo que dejar por incompatibilidad de horario. «Pocas cosas más difíciles como captar la atención de 30 niñas de 18 años para explicarles los temas de actualidad», finaliza.

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