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It’s the economy, AMLO» (Parte II)

En la primera parte de este artículo describimos el contraste entre la realidad económica y la popularidad del presidente Andrés Manuel, hoy aquí concluimos dicha reflexión.

“Es la economía, estúpido” («It’s the economy, stupid») es una frase vinculada a la campaña presidencial de 1992 en los Estados Unidos, atribuida a James Carville, integrante del equipo del demócrata Bill Clinton.

La frase se originó en el siguiente contexto: George Bush (padre) consiguió un buena aceptación entre el electorado gracias a una rápida victoria en la Guerra del Golfo Pérsico (finales de 1990 inicio de 1991) lo que suponía que la contienda electoral por la reelección para un segundo mandato sería un mero trámite.  Sin embargo, para finales de 1991 la economía no la estaba pasando bien, una recesión se estaba gestando y esta situación erosionó profundamente la popularidad del presidente. El escenario no podría ser peor para los republicanos, ya que cada vez que el presidente centraba su discurso en los temas de seguridad nacional y los asuntos exteriores, los demócratas respondían con la misma tesis, “Sí, esos temas son importantes; pero la economía es el tema central”. Como todos sabemos al final la tesis «It’s the economy, stupid» triunfó.    

Al gobierno del presidente Andrés Manuel le ha llegado su momento “It’s the econmy, stupid”, quizás muy pronto, pero nunca hay buenos momentos para este tipo de situaciones. La administración actual tendrá que poner manos a la obra para que el capital nacional y extranjero invierta en México. Dicho capital sigue viendo con recelo al presidente después de la tan sonada cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM). Adicionalmente, tendrá que poner en orden las finanzas de PEMEX, mantener a raya el déficit fiscal, la deuda pública, entre muchos otros retos.

El cumplimiento de sus promesas de campaña se puede llevar a cabo siempre y cuando no choquen con los objetivos antes mencionados. Una señal lo suficientemente grande en el sentido equivocado hacia los mercados internacionales puede descarrilar la economía mexicana que en definitiva no se encuentra en su mejor momento, desperdiciando así el gran bono democrático que le ha otorgado la ciudadanía…en definitiva es la economía, y si no lo es hoy, lo será en un par de meses.

 

Por:

Carlos Alberto Cruz Andrade

direccion@mfi.com.mx

 

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