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Investigación en el Bajío: ¿Hacia dónde se dirige sin los fideicomisos?

Con la colaboración de Abigail Carranza

Mucho se ha hablado sobre el impacto que implica la eliminación de los fideicomisos para la investigación en México, lo cual, particularmente en el Bajío, se ha vuelto un tema de interés común por el potencial que existe en la zona para el análisis y desarrollo de proyectos enfocados en soluciones para la economía.

Tan sólo el Directorio Estadístico Nacional de Unidades (DENUE) del INEGI registra más de 200 unidades de negocio enfocadas en la investigación para diferentes rubros; algunas privadas, otras públicas, lo que representa más de 15% de los existentes en todo el catálogo del DENUE.

Para Gabriel Puron Cid, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) Región Centro, el desafío para el Bajío con la eliminación de los fideicomisos es intangible para sus centros de investigación. Refiere que tan sólo con la pandemia muchos tuvieron que realizar recortes excepcionales y algunos otros se encuentran en riesgo de desaparecer, por lo que sin haber una alternativa que sustituya los fideicomisos, los recursos están fuertemente comprometidos.

El investigador refiere que tan sólo en el CIDE Región Centro se han desarrollado más de 80 proyectos que en conjunto representan más de 100 millones de pesos (mdp). Los proyectos han sido direccionados al mejoramiento de diferentes actividades públicas y privadas, de ahí la preocupación por limitar el acceso a estos recursos.

“El común denominador de estos fideicomisos es que son espacios críticos al poder […] No es el dinero de los fideicomisos lo que está en juego, es la capacidad de poder hacer nuestro trabajo sin depender de la voluntad del señor presidente. Y lo que quiere él es que nos sometamos a su voluntad. Es una movida para concentrar el poder de proporciones históricas”, añade Alejandro Madrazo Lajous, director del CIDE Región Centro.

Un paso atrás para ser una sociedad desarrollada: IPICYT

El campo de investigación, que da origen a la generación y aplicación del conocimiento en el estado de San Luis Potosí, es tan variado como lo son sus ecosistemas. Luis Antonio Salazar Olivo, director general del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica A.C. (IPICYT), refiere que en este centro público se cultivan 15 líneas de investigación, las cuales promueven interdisciplinas científicas de vanguardia a nivel internacional.

Con la suma de estas divisiones, Salazar Olivo menciona que actualmente “la Academia se acopla en el sentido de apoyar a los sectores crecientes, emergentes o ya consolidados para que puedan resolver sus problemáticas por medio de la aplicación del conocimiento”.

El director del IPICYT fórmula que, en la situación específica de este centro, los fideicomisos que les son otorgados se generan por los mismos investigadores y que, si bien, son utilizados para el mantenimiento de cosas básicas, son también indispensables para mantener las instalaciones eléctricas y los equipos científicos:

“Limitar esos recursos limita también el desarrollo científico y tecnológico. Las sociedades más desarrolladas y las que tienen los mejores niveles de vida son aquellas que más invierten en el desarrollo de conocimiento científico y tecnológico; escatimar, minimizar o diluir los fondos para la ciencia y la tecnología a la larga trae problemas de toda índole para la sociedad”, menciona Salazar Olivo.

Por otra parte, el director del IPICYT explica que el presupuesto con el que cuentan se integra por dos partidas: la fiscal, que son los fondos recibidos de la Tesorería de la Federación (TESOFE) y los recursos propios, que son los que el centro debe generar para cubrir parte de sus gastos. Para este año las cifras del presupuesto fueron de aproximadamente 139 mdp (57%) y 103 mdp (43%), respectivamente.

“Este presupuesto es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de la institución, lo cual nos orillará a buscar nuevos mecanismos que nos permitan seguir manteniendo la tasa de crecimiento de nuestro instituto”, puntualiza Luis Antonio Salazar.

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A pesar de los inconvenientes que se presentan, el IPICYT desea orientar su futuro en ser un centro público de investigación a nivel mundial, tan competente como cualquier otro centro de investigación, buscando crear una conjunción mayor entre el campo académico con las necesidades y aspiraciones de la sociedad.

“Estamos con la mejor disposición de mostrar a todos los líderes empresariales que la ciencia que se desarrolla en México es tan buena como la que se desarrolla en cualquier otra parte del mundo, pero tiene una ventaja: la tienen en casa”, finaliza Salazar Olivo.

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