Standard & Poor’s, una de las agencias de calificación de referencia en los mercados internacionales ha asestado una dolorosa estocada a la economía mexicana rebajando la perspectiva de las calificaciones de largo plazo de ‘estable’ a ‘negativa’.
En un comunicado enviado a la Bolsa mexicana de Valores, la agencia adelantó la posibilidad «de al menos una entre tres» de que baje la calificación de México en los próximos 24 meses si el nivel de deuda del gobierno federal o la carga de intereses presenta un deterioro superior a sus expectativas, y aumenta la vulnerabilidad de las finanzas públicas.
Los problemas que han llevado a México a perder un 1% del PIB, según datos del INEGI, están más relacionados con la «violencia y la delincuencia» que con la crisis que vive el sector energético.
En un primer momento, se podría pensar que los bajos precios del petróleo y la alta dependencia de México a estos ingresos son culpables de que el país se encuentre en esta situación. Sin embargo, S&P ha señalado otro factor crucial: la inseguridad.
Así lo aseguró Joydeep Mukherji, managing director de Calificaciones Soberanas de S&P, en una entrevista para Forbes, quien aseguró que la cotización del precio del barril ha impactado de forma limitada a la hora de calificar al país.
Mukherji asegura que los problemas que han llevado a México a perder un 1% del PIB, según datos del INEGI, están más relacionados con la «violencia y la delincuencia» que con la crisis que vive el sector energético.
«Hay otros aspectos de la reforma energética que no tienen que ver con el petróleo que están yendo muy bien, particularmente en la producción de gas».
«Hay otras fuentes potenciales de crecimiento que podrían hacerse para aminorar el impacto de los bajos precios del petróleo y el impacto reducido que han tenido la reforma energética hasta ahora”, aseguraba el directivo a la conocida revista.
Para él, «hay otros aspectos de la reforma energética que no tienen que ver con el petróleo que están yendo muy bien, particularmente en la producción de gas. El dinero llegará, nosotros no hacemos nuestras estimaciones de crecimiento a futuro basándonos en los precios bajos del petróleo. Si los precios suben mañana tampoco afectarán nuestra calificación”.
De momento, la expectativa es que la deuda del gobierno mexicano crezca un 3% este año respecto a 2015, aunque desde S&P esperan que las reformas estructurales aprobadas por el ejecutivo reviertan esta situación en algún momento. «No buscamos un milagro de crecimiento de 6%, pero sí un poco más del 2% promedio registrado últimamente, y los grandes cambios por los que está pasando el sector energético podrían llevar a una estabilización en el mediano plazo”, añadió.