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Infraestructura para el Diamante de México

Su fuerza económica y poblacional (número de habitantes, atracción de inversiones y conectividad) son las razones por las cuales se le ha llamado el Diamante de México, zona de la república mexicana que busca establecer una red logística eficiente entre sus principales puntos para impulsar el desarrollo industrial.

Parte de los estados de Jalisco, Aguascalientes, San Luis Potosí, Michoacán Querétaro, Estado de México, Ciudad de México y prácticamente todo Guanajuato conforman esta área, que abarca 17 por ciento del territorio nacional, genera 51 por ciento de la producción económica y tiene un total de 50 millones de habitantes, según la Fundación Metrópoli-Iplaneg.

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El Diamante de México está conformado, casi en su totalidad, por la productiva región del Bajío, la cual comprende los amplios territorios y áreas circundantes de la ciudad de Aguascalientes; Lagos de Moreno, Jalisco; León, Silao, Guanajuato, Irapuato, Salamanca y Celaya, en Guanajuato; hasta la ciudad de Querétaro. Aunque orográfica y climáticamente la localidad de San Luis Potosí no es considerada como parte de ella, en términos industriales sí podría tomarse en cuenta.

La importancia del Bajío data de siglos atrás, cuando era cuna minera y agrícola. Años más tarde, generó una alta producción agrícola-pecuaria y fungió como núcleo de las industrias del calzado y textil. Actualmente, es sede de grandes ensambladoras automotrices, las cuales han impulsado su desarrollo económico.

Con la llegada de Nissan a Aguascalientes en 1982 y General Motors a Silao en 1995, inició la generación paulatina de un nicho de ensambladoras que detonó su emplazamiento en los últimos años con el arribo de Honda, Volkswagen y Mazda a Guanajuato; GMC y Koito Manufacturing a San Luis Potosí; Bombardier, Hitachi y Eurocopter a Querétaro; entre otros.

Gracias a la inversión y establecimiento de estas grandes compañías, se ha creado un corredor industrial, el cual continúa creciendo mediante la incorporación de empresas y organizaciones comerciales, de servicios y de innovación tecnológica.

En él, destaca la Zona Metropolitana de León (León, Silao, San Francisco del Rincón, Purísima del Rincón) no solo por ser una de las más pobladas del país, con 1.7 millones de habitantes, sino también por su ubicación en el área noroeste de Guanajuato, que enlaza a la metrópoli con los mercados regionales de Jalisco y Aguascalientes, principalmente.

La entidad de Guanajuato también sobresale como eje articulador del corredor, cuyos principales nodos urbanos son las localidades de León y Querétaro.

Dado el potencial de la región (en donde León-Aguascalientes ya está formando un clúster automotriz y la agroindustria se fortalece debido al desarrollo logístico), el Diamante de México propone impulsar una línea ferroviaria de alta velocidad entre la Ciudad de México, Querétaro, León y Guadalajara, con el objetivo de reducir tiempos de traslado. Concretarlo permitiría estructurar su eje central (Guanajuato) y con ello, reducir los tiempos de viaje: de México a Querétaro se realizaría un tiempo de 40 minutos; de México a León, 1.1 horas; y de México a Guadalajara, 2 horas.

El diamante del país cuenta con 11 proyectos en el rubro de conectividad, salud, vivienda, educación, medio ambiente, economía y nuevas fuentes de inversión, los cuales impulsarán acciones de impacto directo en el desarrollo integral de las familias. Para las ciudades de esta zona, en materia logística, se proyecta una mejor infraestructura carretera, desarrollo de parques industriales y servicios turísticos.

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