En México, la informalidad representa cerca de una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB). En 2020, aportó el 21.9% del PIB nacional, con el 55.6% de la población ocupada, según cifras preliminares de la “Medición de la Economía Informal” que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El restante 78.1% del PIB fue generado por el sector formal, con 44.4% de la población ocupada en formalidad; es decir, que, por cada 100 pesos generados del PIB del país, 78 pesos lo generan 44% de ocupados formales —mientras que los otros 22 pesos son recaudados por el 55.6% de ocupados en informalidad—.
Con relación a la economía informal, 11% correspondió a aquellos negocios no registrados de los hogares y dedicados a la producción de bienes o servicios. 10.9% reflejó a Otras Modalidades de la Informalidad (OMI) – trabajo doméstico remunerado y al empleo informal en actividades formales–.
¿Qué es la informalidad?
Puede definirse como un segmento del mercado laboral que no cumple con las regulaciones establecidas en las leyes hacendaria y del trabajo. Suele presentar condiciones de precariedad en los espacios laborales, lo que repercute en baja productividad, falta de competitividad y salarios bajos.
Esta economía también se asocia regularmente con productos de baja calidad y sin garantía —de procedencia desconocida y carente de controles de calidad adecuados—. No obstante, este tipo de empleos es la única forma que tienen millones de mexicanos para satisfacer sus necesidades.
Por desgracia, estas personas no tienen acceso a servicios financieros ni a seguridad social, por lo que son vulnerables ante eventos catastróficos, enfermedades crónicas o accidentes.
Por otra parte, y de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), la informalidad afecta la recaudación de ingresos a través de dos tipos de gravámenes: el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Del mismo modo, la disminución de los niveles de captación fiscal ocasiona una reducción en las alternativas de gobiernos para financiar programas de crecimiento y capacitación. También vulneran la condición social del trabajo, al existir segmentos de la población que carecen de ciertos beneficios que ofrece el empleo formal.
El CEFP explica que se deben considerarse los derechos y márgenes de deducción a los que las empresas o trabajadores informales tendrían acceso una vez fiscalizados y formalizados; sin embargo, el grueso de la población empleada en este sector percibe ingresos muy bajos —por lo que el costo podría ser mayor al que se obtiene dentro de un escenario de fiscalización informal—.
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Informalidad acapara a más de la mitad de ocupados
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), correspondiente al cuarto trimestre de 2021, reveló que el número de personas en la informalidad es de 31.6 millones: el 55.8% de la población ocupada a nivel nacional. Respecto al mismo periodo, pero de 2020, la informalidad en México aumentó con 2.2 millones de personas.
De igual forma, 16.3 millones conformaron la ocupación en aquellas actividades económicas de mercado que operan a partir de los hogares (pero sin constituirse como empresas).
La misma ENOE señaló que la ocupación informal en los hombres reflejó un alza de 1.1 millones de personas, al registrarse 18 millones en el cuarto trimestre de 2020 y 19.1 millones en igual periodo de 2021. En tanto, las mujeres en grado de informalidad pasaron de 11.5 millones a 12.5 millones en el mismo periodo.
¿Qué causa la informalidad?
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), existen varias causas ligadas a la informalidad que abarcan marcos jurídicos, normativos y políticos, así como factores de nivel microeconómico: bajo nivel de educación, discriminación, pobreza y falta de acceso a recursos económicos o servicios financieros.
Para la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la ocupación de las personas mediante esta economía puede o no deberse a un interés propio por evadir la formalidad; sin embargo, en algunos casos, es resultado de la escasez o insuficiencia de empleos formales en ciertos ámbitos.
Desde la perspectiva del Banco Mundial, las empresas o personas operan en la informalidad como una oportunidad de evasión fiscal y legal; no obstante, puede resultar una estrategia defensiva de los mismos ante un marco legal oneroso, cautivo o débil. La segmentación del mercado, ciertas regulaciones excesivas y algunas prácticas empresariales de contratación también inducen la informalidad.
Informalidad del Bajío-Occidente en perspectiva
Confrontando los resultados regionales con los nacionales, se observa que, en su mayoría, la informalidad en Bajío-Occidente está debajo del promedio nacional. En Aguascalientes, Querétaro y Jalisco las personas ocupadas en formalidad superan a su contraparte. San Luis Potosí y Guanajuato tienen una relación similar al promedio nacional. No obstante, la informalidad laboral en Zacatecas supera por diez puntos porcentuales al promedio nacional.
| Bajío-Occidente | Porcentaje de informalidad |
| Zacatecas | 60.7% |
| San Luis Potosí | 55.5% |
| Guanajuato | 55.1% |
| Jalisco | 46.8% |
| Querétaro | 43.6% |
| Aguascalientes | 40.6% |
De forma detallada, de 696 mil 998 ocupados que el INEGI registró entre octubre y diciembre de 2021 en Zacatecas, 60.7% está en la informalidad laboral. San Luis Potosí es la segunda entidad con mayor informalidad en el Bajío: de un millón 271 mil 706 de ocupados, poco más de la mitad trabaja como informal.
Guanajuato quedó como tercera en la lista: de dos millones 689 mil 714 personas ocupadas, 55.1% pertenece a esta categoría. En Jalisco, de un total de tres millones 924 mil 612 ocupados, 46.8% de las personas están en la informalidad, mientras que en Querétaro lo es 43.6% de 999 mil 564 ocupados.
Finalmente, Aguascalientes quedó como la entidad con menor nivel de informalidad: de 630 mil 697 personas, 40.6% está empleada en condiciones informales.
| Estados con mayor informalidad | INFORMALIDAD |
| Oaxaca | 81,80% |
| Guerrero | 78,80% |
| Chiapas | 73,40% |
| Estados con menor informalidad | INFORMALIDAD |
| Coahuila | 35,40% |
| Nuevo León | 36,70% |
| Baja California | 36,80% |
Por otro lado, frente a estados con mayor índice de informalidad —Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Tlaxcala—, la brecha con el promedio nacional se abre hasta por una diferencia superior a 26 puntos, comparado con Oaxaca; y más de 41, entre la informalidad hidrocálida y oaxaqueña.
¿Se puede disminuir el nivel de informalidad?
Para el CEFP, los medios convencionales de fiscalización parecen ser insuficientes para abordar el problema de la economía informal, Su composición exige una forma innovadora de fiscalización, una vez detectadas las zonas geográficas y las poblaciones con mayor potencial en cuanto a ingresos fiscalizables.
“Las personas y empresas con trabajadores informales tendrían que ver el beneficio de ‘formalizarse’. Tendrían que existir estímulos fiscales, junto con educación, para que de manera simple vean que las ventajas son mayores que las desventajas”, explica Walter Buchanan CEO de SaveNest.
En su opinión, los impuestos en México deberían de ser simples y sencillos, tanto de calcular como de pagar. Además, dijo que los intentos de reformas para hacer la formalidad más simple no han tenido éxito debido a que son medidas impopulares.
En ese sentido, la obligación de contar con el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) para mayores de 18 años en México es un intento de formalizar a las personas, aunque el incentivo para formalizarse deberían ser los mismos beneficios otorgados, considera el ejecutivo.
“Hay quien dice que si las personas vieran los beneficios palpables de formalizarse —como el gasto en infraestructura educativa, de salud, etc.—, mucha gente con gusto pasaría a la formalidad; pero para que se puedan hacer estas inversiones, primero tendría que haber más formalidad. Una paradoja para la que, al menos yo, no tengo respuesta”, concluye.