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Industria médica: un sector potencial que aún está por despegar

El sector médico mexicano atraviesa un contexto ambiguo. Por un lado, existe una importante generación de profesionistas médicos en las instituciones de educación superior del país; y por otro, la industria médica ha sido poco explotada: “Se tiene potencial en capital humano y producción, pero vamos muy atrasados en desarrollo de tecnología, innovación y patentes para el sector salud”, menciona Emmanuel Díaz Martínez, doctor en Biología del CIATEJ.

La falta de apoyo por parte del Estado ha sido una de las principales demandas. La inversión nacional en salud representa solamente el 6 por ciento del Producto Interno Bruto del país, una cifra inferior a la recomendada por la OCDE, que es 9 por ciento.

Ese porcentaje queda corto en comparación con las naciones potencia del desarrollo médico mundial. Estados Unidos destina poco más del 17 por ciento, Suiza el 12.4 por ciento y Alemania el 11.3 por ciento de su PIB para fortalecer esta industria, que involucra servicios de atención médica, fabricación de dispositivos, farmacéutica, desarrollo de tecnología e investigación científica.

Al igual que en otras industrias, México destaca en la producción médica por su manufactura. De acuerdo con la Secretaría de Economía, la fabricación de dispositivos médicos en el país alcanzó un monto de 13,323 millones de dólares durante 2016, último año de registro.

Esto permitió que la República Mexicana se colocara entre las 10 naciones con mayor volumen de manufactura de estos artículos, un desempeño comandado por ciudades como Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México y Baja California. Pero, ¿qué hay con Aguascalientes? ¿Tiene el potencial para consolidarse en este ámbito? Éste es el panorama actual.

Oportunidades poco exploradas

Laboratoristas, investigadores y médicos locales coinciden en un punto: Aguascalientes no está impulsando su industria médica a la escala que podría.

Las cifras lo reflejan. El estado sólo cuenta con 46 unidades económicas dedicadas al sector médico, mientras que entidades como Ciudad de México, Estado de México y Baja California tienen entre 200 y 400, según datos de ProMéxico.

Sin embargo, existen varios aspectos que podrían hacer que esto cambie. Arturo Vega Medina, doctor en Química y director de Laboratorios Gorostiza, refiere que la posición geográfica de la tierra hidrocálida es una ventaja importante para librar una de las barreras más frecuentes a las cuales se enfrenta la industria médica: la conectividad.

“Es una ciudad con buena posición geográfica. Mucha gente de Guanajuato, San Luis Potosí, Jalisco y Zacatecas llega aquí (…) Tenemos beneficios de tránsito, vía aérea, terrestre y ferroviaria, que hacen al estado atractivo para hacer negocios médicos”, expone.

David Poletti Vázquez, dermatólogo e investigador, explica que los precios son otro punto a favor; esto, dado que los servicios médicos en Aguascalientes pueden costar incluso 50 por ciento menos que en entidades como Monterrey y Ciudad de México, lo cual brinda la oportunidad de captar clientes de todo el país. “Los costos son una gran oportunidad, pero se requiere mayor conciencia sobre ello; el médico actual debe de estar enterado de su precio y de los que existen en el mercado”, señala.

Vinculación y negocios: áreas de oportunidad

El investigador del CIATEJ, Emmanuel Díaz, resalta que una de las estrategias que pueden fortalecer la industria médica local es fomentar el emprendimiento en las carreras de ciencias de la salud: “Necesitamos eliminar barreras. Hacer posible que el universitario no sea sólo médico, biólogo o químico, sino que pueda también generar su propia empresa”, comenta.

Al respecto, Poletti Vázquez refiere que las instituciones locales han explorado poco esa táctica, por lo cual requieren dar mayor fuerza a su vinculación con otras instituciones: “Debemos fomentar la investigación y emprendimiento desde el primer semestre de los estudios. ¿Qué pasaría si creamos hospitales que atiendan a los japoneses, chinos o alemanes? Las instituciones médicas pueden aportar mucho en este sentido, abriendo más oportunidades de prácticas reales en campos clínicos”.

Crear un clúster puede ser un factor que complemente la preparación médica de la entidad. Investigadores refieren que a través de ello es posible conjuntar las necesidades de todo el ramo, lo cual facilitaría la comunicación con empresas, academia y gobierno para generar sinergia: “Un clúster bien regido y legislado puede mostrar cómo se trabaja en el sector y lo que se necesita para impulsarlo. Es complicado lograrlo, ya que es un campo muy disputado; se requiere coordinación entre los médicos de la entidad, lo que es todo un reto”.

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