Una fracción importante de la población mexicana está compuesta por niños y jóvenes, mismos que han fortalecido sus características como potenciales consumidores. Tomando esto en consideración, los empresarios realizan estudios de mercado, donde la explotación del nicho parece provechosa.
Parte del crecimiento de este sector económico está mediado por la transformación de la dinámica familiar, en la que cada vez es más frecuente que ambos padres trabajen y apuesten por opciones especializadas de educación y diversión para sus hijos.
En el caso de los niños, algunos estudios revelan que sienten interés por los espacios o actividades en donde pueden desenvolverse con libertad. En este sentido, se habla de consumidores -de temprana edad- cada vez más críticos, con mayor poder adquisitivo y conocimiento sobre la administración de sus recursos personales.
Los empresarios e inversionistas se enfrentan a un mercado en el que la competencia es alta, pero se pueden diversificar los productos. Por un lado, enfrentan el desafío de generar espacios atractivos para los infantes y, por el otro, adquirir la aprobación de los padres. En este rubro tienen cabida:
- Salones de fiestas.
- Clínicas especializadas.
- Clases en grupo o particulares.
- Espectáculos a domicilio.
- Parques de diversiones.
- Exposiciones de arte, ciencia, deportes, etc.
- Industria juguetera.
¿Qué efecto tuvo la pandemia en la industria infantil?
Desde el inicio de la contingencia sanitaria, este sector económico ha tenido que reinventarse incorporando tecnología, adaptando sus servicios y explorando nuevas rutas de operación. Tras el periodo de resguardo preventivo, se tuvieron que dar pasos acelerados hacia la recuperación.
Uno de los ejemplos más significativos de los efectos de la contingencia fueron los ocurridos en la industria juguetera de nuestro país, donde 2020 propició pérdidas de hasta el 15% en las ventas. De acuerdo con lo mencionado por Martín Buendía, director comercial de Grupo Juguetrón, la compañía recargó sus operaciones en las plataformas digitales:
“Implementamos una estrategia de venta por WhatsApp en tiendas de Ciudad de México y Estado de México, en donde sufrimos afectaciones de cierre durante las temporadas más importantes del año para nosotros: Navidad y Reyes Magos. Además promovimos el envío de los productos por medio de aplicaciones móviles como Rappi, UberEats, Didi Food y Cornershop”.
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Pachanguitos, adaptación e innovación
El nicho de mercado para esta industria contempla alrededor de 458,804 individuos de entre 0 y 14 años de edad (28.28% de la población); de manera que se han surcado caminos diferentes a los convencionales para mantener la comunicación con el público. Betty Díaz Miranda, propietaria de Pachanguitos -centro de entretenimiento y desarrollo infantil-, menciona que dos de las claves para hacer frente a las exigencias de la pandemia han sido la paciencia y la adaptabilidad:
“Al principio de la pandemia nadie sabíamos cuánto iba a durar aunque todos esperábamos -o deseábamos- que fuera poco tiempo. Después tuvimos listas alternativas seguras para ofrecer a nuestros niños, los niños de las familias zacatecanas. Esperamos con mucha paciencia a que las autoridades sanitarias evaluaran nuestras propuestas hasta que las consideraron una opción viable, confiable y segura”.
Debido a que la realización de fiestas no es posible durante esta época, Pachanguitos sigue un esquema denominado “burbujas sociales”. Esta forma de servicio está diseñada para atender a las familias con previa reservación, por espacio mínimo de una hora y media, de forma exclusiva y asegurando la sanitización de los espacios antes y después de su ingreso. Existen tres turnos diarios entre semana y cuatro los fines de semana, donde se admite un máximo de cinco niños y dos adultos con cubrebocas, quienes manifiestan bajo protesta haber convivido juntos durante la pandemia.
Aún después de que termine la contingencia, Pachanguitos integrará algunos de los protocolos que utiliza ahora, Betty Díaz menciona:
“El gel antibacterial llegó para quedarse, al igual que el desinfectante de calzado y, en nuestro caso, la toma de temperatura. Esto sin contar el uso de químicos no tóxicos para la limpieza de mesas, superficies y áreas de juego que, si bien ya venían aplicándose, su frecuencia tenderá a incrementarse. El uso del cubrebocas será aceptable y hasta recomendable en los usuarios y, por lo menos en el personal, se seguirá usando para dar tranquilidad a los padres de familia”.