A diferencia de otros pico durante la pandemia, la cuarta ola covid ha roto varios récords de contagio, con la variante ómicron latente, las fiestas decembrinas y el regreso a las oficinas, la incertidumbre no se ha hecho esperar y miles de personas han abarrotado instituciones de salud, laboratorios y farmacias privadas en busca de realizarse una prueba COVID-19.
En este contexto, vuelve una vez más polémica en los centros de trabajo ¿Quién debería pagar por las pruebas? ¿El empleador o el empleado?
La Secretaría de Trabajo y Previsión Social informó a través de un comunicado que de acuerdo con la legislación vigente en materia laboral, es ilegal obligar a las y los trabajadores a pagar por las pruebas COVID-19, como requisito para ingresar a los centros de trabajo enfatizando que en ningún caso se debe trasladar el costo de las pruebas a los trabajadores.
“A la comunidad trabajadora, le recuerda la importancia de no acudir a los centros laborales o reuniones sociales si se presentan síntomas compatibles con COVID-19, para no ser un riesgo de potencial de contagio para otras personas.” agregó.
Poniendo a la disposición de la ciudadanía el número 800 717 29 42 o el sitio http://procuraduriadigital.stps.gob.mx/ para cualquier orientación o queja.
¿Realmente es la solución?
Más allá de realizarse una prueba o no para asistir a los centros de trabajo, el verdadero cuestionamiento debería centrarse en si es realmente la solución más efectiva. En entrevista con El Economista, el consultor en Recursos Humanos Luis F. González-Aspuru aseguró que pedir estas pruebas no soluciona el problema a largo plazo, pues el resultado negativo “es solo una foto del momento”, para lograr una mayor certeza se deberían de pedir pruebas de manera regular, por lo menos cada dos semanas y eso sería una carga económica para cualquiera. “Simplemente no es viable”.
Por lo que recomendó mejor que pedir pruebas, minimizar el riesgo de contagio cumpliendo con las medidas sanitarias correspondientes y para aquellas que es posible, continuar con el home-office.
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