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Ignacio Ruelas: Tres décadas detrás de la bambalina electoral

Hijo de maestros rurales, Ignacio Ruelas Olvera se distingue por su sabiduría y experiencia. En enero pasado cumplió tres décadas laborando en el Instituto Nacional Electoral (INE) y por lo pronto no piensa en la jubilación. Considera que tiene las condiciones físicas para seguir trabajando, aunque -disciplinado como es- reconoce que será el Servicio Profesional Electoral quien diga la última palabra.

Devoto de los libros, se graduó como Ingeniero Industrial en el Instituto Tecnológico de Aguascalientes (ITA), donde también cursó una especialidad en Producción Industrial. Cuenta con estudios de Pedagogía, especialidades en Derecho Electoral y Filosofía por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), una maestría en Filosofía por la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA) y otra en Instituciones Políticas y Procesos Electorales en el entonces Instituto Federal Electoral (IFE). No contento con todo eso, también se licenció en Derecho por la Universidad Latinoamericana.

Una de sus más importantes experiencias laborales llegó casi inmediatamente a su titulación: se desempeñó como secretario privado -y luego particular- del entonces gobernador de Aguascalientes, Rodolfo Landeros Gallegos. A su vez, formó parte de la LII Legislatura del H. Congreso del Estado, para después colaborar -en la capital del país- en la Subsecretaría de Gobernación, concretamente en la Secretaría Técnica de la Comisión Federal Electoral.

Luego trabajó en la Dirección General de Derechos de Autor y retornó a Aguascalientes como director de Planeación Educativa de los Servicios Coordinados de Educación. Posterior a ello se hizo cargo del Registro Nacional de Electores en Aguascalientes.

En diciembre de 1990 fue propuesto como Vocal Ejecutivo, asumiendo el cargo en enero de 1991. Aunque de 2005 a 2009 ostentó otras responsabilidades en el mismo Instituto Federal Electoral, pero fuera del estado, retornó luego al mismo puesto en el que continúa, una experiencia que define tanto extraordinaria como demandante.

“En el INE mantener un nivel en el Servicio Profesional Electoral es muy difícil: estudiamos tres materias por semestre, excepto cuando hay elecciones. Hacemos un programa de homologación, de formación y cursamos diversas materias (…) Eso es algo que no es muy conocido: el nivel de exigencia académica y de estudio”, refiere.

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Reconoce como satisfacciones las misiones internacionales en que participó, particularmente una en Perú, así como la oportunidad de formar una familia.

“En una ocasión nos balacearon la puerta de la casa… ¿Quién fue? No sé, pero fue en medio de un proceso electoral y ahora lo comento a toro pasado… No ha sido fácil para mi familia, pero fueron impulsores importantes. A estas alturas soy abuelo de cuatro nietos, y se va compensando”, expone.

Ruelas Olvera considera que los principales retos del proceso electoral en marcha serán tanto el número de cargos que estarán en disputa (21,789), como su realización en medio de una complejidad pandémica: esto implicará un gran ejercicio interinstitucional para garantizar que el ciudadano pueda ir a votar con confianza. De ahí su llamado a los contendientes a hacer política de la buena.

“La política les exige el uso adecuado del lenguaje, la confrontación de las ideas, el debate y la discusión en un encuentro civilizado de posiciones; que sepan escuchar para poder hablar, que acepten triunfos y derrotas. Porque la democracia es eso: unos ganan y otros pierden. Y a la ciudadanía, que sepan que pueden conducirse con libertad y autonomía”, recalca.

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