Ignacio Loyola, primer gobernador panista del estado de Querétaro entre 1997 y 2003, tiene algo muy claro en su manera de pensar: la política y los negocios pueden enlazarse para la construcción de un México mejor.
Loyola explica que su interés por incursionar como servidor público nació a causa de la crisis económica de 1995. Por ello, decidió dejar el negocio familiar de tractores para ayudar a la transformación de un país con mejores oportunidades.
Tras culminar su labor como gobernador de Querétaro en 2003, Loyola regresó a su otra pasión: los negocios —sin dejar de lado su participación activa en el partido político al que pertenece—. Sus metas siguen siendo claras, puesto que actualmente cuenta con un despacho de consultoría y se encuentra en la diputación federal del distrito electoral 3.
No obstante, para el queretano el camino no ha sido fácil. Refiere que dentro de la política suele haber dificultades; por medio del respaldo de Dios y la fuerza de su familia, ha podido superar las adversidades.
El empresario resalta que para ser un buen líder se necesita tener objetivos claros, impulso y compromiso, debido a que asegura que eso es lo que necesita el país. Agrega que su fuente de inspiración fueron dos políticos mexicanos de los cuales aprendió ciertas virtudes:
“En política, yo me inspiré mucho en Manuel Clouthier, fue el que me motivó a participar en esto. Como un personaje de vida, siempre pensé en Francisco I. Madero, por su entrega e ideales” afirma el queretano.
A su vez, señala que los jóvenes deberían involucrarse más en la política porque son los que tienen la fuerza que se necesita para incursionar en ese ámbito; sin embargo, agrega que hoy en día muchos se encuentran desesperanzados. Por ello, es trabajo de los políticos regresarles la esperanza de un futuro mejor.
“Los jóvenes tienen que entender que hay que hacer algo por este país y este es el momento. Si no lo hacemos en este tiempo, después va a ser muy tarde”, concluye Loyola.
