Autoridades sanitarias de Malasia advirtieron de la existencia de una nueva cepa de coronavirus COVID-19, llamada D614G, que podría tener un potencial de contagio 10 veces mayor al normal, lo que podría derivar en un aumento preocupante de la diseminación del virus y replantear los proyectos de vacuna que se están desarrollando actualmente.
La mutación del virus se halló en tres de 45 casos analizados en un grupo en específico, relacionado con el dueño de un restaurante que regresó de la India pero no cumplió con el confinamiento.
Noor Hisham Abdullah, titular de la Dirección General de Salud de Malasia, manifestó que la cepa podría significar que los estudios existentes sobre las vacunas pueden ser incompletos o ineficaces contra la mutación.
No obstante, la Organización Mundial de la Salud refirió que no hay evidencia de que la cepa produzca una enfermedad más grave. La variación D614G se ha descubierto como la variante predominante en Europa y Estados Unidos.
«La gente debe ser cautelosa y tomar más precauciones por esta cepa que se ha encontrado en Malasia. La cooperación de la población es muy necesaria para que juntos podamos romper la cadena de infección de cualquier mutación», estableció Noor.
Benjamin Cowling, jefe de epidemiología y bioestadística de la Universidad de Hong Kong expresó que no hay evidencia que la mutación sea drásticamente más infecciosa que otras cepas: «Se identifica más comúnmente ahora que en el pasado, lo que sugiere que podría tener algún tipo de ventaja competitiva sobre otras cepas de COVID-19».