En sus rincones, el Centro Histórico de Querétaro guarda tanta historia y arquitectura que lo han llevado a convertirse en uno de los lugares favoritos del turista nacional e internacional; hospedarse en Hotel Patio Santiago forma parte ineludible de dicha experiencia cultural.
El hotel fue originalmente una casona que data del año 1810. Fue residencia de Juan Nepomuceno Mier y Altamirano, sobrino del presbítero José María Sánchez, quien pertenecía a la «Sociedad de Apatistas”, siendo punto de reuniones en contra del régimen español.
La arquitectura del Hotel Patio Santiago también alberga historia: por ejemplo, se puede observar las características conchas en las ventanas (frecuentes en edificios de la época) y algunas figuras labradas, tales como un simio y un caballo, que pudieran ser animales favoritos del dueño original. Además, cuenta con lo que supone ser una capilla de dos puertas principales de diferentes tamaños y un depósito de agua bendita en forma de concha de mar.
El histórico Hotel Patio Santiago cuenta con 43 habitaciones de estilo contemporáneo (distribuidas en King Size y dobles con Queen Size), cuatro habitaciones Deluxe con patio interno, así como un cuarto para personas con movilidad limitada.
En el recinto turístico se encuentra un restaurante de cocina regional/patrimonial, donde los comensales podrán degustar lo mejor de la región del Bajío, en réplicas y reinterpretaciones de platillos concebidos desde el siglo XVII hasta la actualidad.
La mixología no se queda atrás, puesto que el bar del hotel permite relajarse en la intimidad de su ambiente disfrutando tragos de autor con ingredientes endémicos y representativos. Y si tomar un buen vino bajo las estrellas es lo que se desea hacer, la terraza del Hotel es un rincón digno de fotografías.
La vieja capilla atrapa a los amantes del café, al convertirse en una barra casual donde se honra el aroma de esta bebida ancestral. En complemento, su spa (próximo a inaugurarse) y su gimnasio (ya en funcionamiento) permitirán continuar la relajación, al propiciar el equilibrio físico, mental y espiritual.
Sin perder su esencia, pero atendiendo al presente, la casona ha evolucionado al ritmo de las nuevas exigencias digitales: por ello, pone a disposición de sus huéspedes una biblioteca/ sala de juntas, lugar de lectura, concentración y toma de decisiones.
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