Icono del sitio Líder Empresarial

HGC y el poder de la perseverancia

Ulises Castañeda Zamora ha estado la mayor parte de su vida íntimamente ligado a las ventas. Cuando eran niños, sus hermanos Marco, Leonardo y él se iban caminando desde la colonia La Estrella hasta el centro de la ciudad; buscaban compradores para las alcancías hechas por su papá, por lo que trataban de convencer a desconocidos de adquirir su producto. En un ambiente que a otras personas podría poner nerviosas, él nunca sintió miedo; aun siendo pequeño demostró comportarse con naturalidad.

Este vendedor innato cree con fervor que el ejemplo arrastra. Antes de ocupar la gerencia de Herbal Give Care (HGC Nutrición Natural), se desempeñó como distribuidor. Conoció los entresijos de un negocio difícil como es el multinivel, pero comprendió que es un modelo redituable si uno le destina tiempo y esfuerzo.

“Desde que tengo uso de memoria, me he dedicado a las ventas. Y con base en mi experiencia, trato de transmitir a mis colaboradores que el éxito en este negocio se basa en la perseverancia; en estar enfocado en tu trabajo y tener metas claras y ambiciosas”, expresó. Esa filosofía es justamente la que ha tratado de contagiar a sus colaboradores de HGC y a su amplísima red de distribuidores desplegada por todo el país. Una idiosincrasia que, a tenor de los resultados obtenidos desde que asumió las riendas, ha rendido frutos.

La salud rebosante que atraviesa la compañía coincide con una fecha significativa: el cumplimiento de su décimo aniversario. Una década de vida que sirvió como motivo para disfrutar los logros alcanzados, sí, pero también para poner en perspectiva el camino recorrido y los obstáculos superados, así como para definir los nuevos rumbos y objetivos por alcanzar.

También, la conmemoración de los diez años de HGC cobra relevancia porque se presentó como una oportunidad para reconocer y distinguir a quienes, a través de su trabajo, sacrificio, esfuerzo y perseverancia, han catapultado a la empresa a niveles que difícilmente habrían alcanzado sin su colaboración.

Orígenes de la evolución

Antes de que Ulises Castañeda asumiera la gerencia general de la empresa, HGC contaba con una red de mercadeo de aproximadamente cincuenta personas y tenía presencia en Aguascalientes, San Luis Potosí y Zacatecas. Tras el cambio de timón, Ulises expandió la cadena hasta Tamaulipas y Veracruz.

Sin embargo, luego de hacer gestiones con socios potenciales en la Ciudad de México, la empresa logró ampliar la cifra de distribuidores a más del millar en sólo tres meses. A partir de ese momento, HGC fue abarcando más territorio, al grado de alcanzar actualmente los 10 mil distribuidores en distintos puntos de la república, conquistando otras entidades como Querétaro, Estado de México, Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca, entre otras más.

En sus inicios, las ventas anuales de HGC traspasaban ligeramente el millón de pesos. Fueron progresando paulatinamente, hasta cerrar el 2018 con un volumen cercano a los 70 millones de pesos (mdp). Si la inercia positiva continúa, Ulises prevé superar el umbral de los 100 mdp en 2019.

“Todo este crecimiento ha sido con base en las personas, porque depositan su confianza en los productos de la marca tras cerciorarse de sus resultados, tras ver que suponen una mejora en su salud. Y, por otro lado, porque observan que su economía va mejorando de manera muy rápida y drástica”, refirió Ulises.

Por el momento, HGC se plantea como objetivo a corto plazo “abarcar hasta el último rincón de México” y, posteriormente, dirigir todos sus esfuerzos a la conquista de Centro y Sudamérica, particularmente Brasil. Asimismo, la empresa planea hacer una renovación de la imagen de sus artículos: cambiar logos, etiquetas, todo encaminado a causar un mayor impacto en los consumidores. También invertirán en nanotecnología para el mejoramiento de sus productos.

La necesidad de reconocer y ser reconocido

“En HGC creemos que el motor que mueve a las personas que nos dedicamos a esto (multinivel) es la necesidad de sentirse realizados y ser reconocidos. Es esa ansia de lograr un objetivo, que mis hijos y mi familia lo vean y sientan un orgullo”, sostuvo Ulises.

El dinero es importante, sí, pero lo que impulsa a una persona a ofrecer el máximo esfuerzo es lograr notoriedad, hacerse de una reputación. Para ilustrar su punto, Castañeda se remonta a la época de los griegos, cuando “salían a la guerra por recibir la gloria”, puesto que “entre más reconocimientos consigues, experimentas una motivación superior que te motiva a buscar aún más logros; tu ambición no decrece, al contrario, se incrementa”, indicó.

“Me acuerdo de hace diez años, cuando inicié como distribuidor en esta empresa, a mí no me movía el tema económico. No es que no me interesara el dinero, es que yo no quería trabajar por dinero; no me preguntaba cuánto estaba haciendo. No quería enfocarme en él porque caería en un círculo vicioso; más bien, entre más reconocimientos obtenga, entre más escalones avance, lo otro irá llegando naturalmente”, explicó.

Para los distribuidores, la “guerra”puede significar el sacrificio de despertarse cuando ni siquiera el albor del cielo se asoma por el horizonte, para estar a las cinco de la mañana “al pie del cañón”y comenzar una jornada que puede extenderse hasta la noche; todo por el objetivo de alcanzar ese “olimpo”que representa la aclamación del trabajo realizado y la recompensa que conlleva. Pero, claro, no todos están dispuestos a pagar ese precio. “Aquí la gente obtiene lo que trabaja; es una empresa de inversión de tiempo. Entre más tiempo inviertes, más logras”, resumió de manera sencilla el gerente de HGC.

“Nuestro personal de trabajo, junto con nuestros distribuidores, son personas muy sacrificadas, pero por lo mismo, porque tienen metas muy claras y establecidas y las quieren cumplir a corto plazo. Eso ha trascendido a toda la empresa y nos ha encaminado a alcanzar en diez años lo que nos habría tardado veinte. Hemos trabajado incansablemente y eso ha sido parte fundamental de nuestro crecimiento y desarrollo”, puntualizó.  

La condecoración al esfuerzo

Cada año, HGC organiza una convención para conmemorar el aniversario de la empresa. A la celebración acude el personal de trabajo y los distribuidores más importantes de la compañía, aquellos que lograron un mayor volumen de ventas. En cada ocasión, ésta se realiza en distintas partes de la república, pero esta vez, al tratarse de “un momento muy especial por el décimo aniversario”, Aguascalientes fue la sede del magno festejo.

La convención ofreció un programa de actividades muy variado que se extendió del 6 al 7 de septiembre. El primer día, los distribuidores acudieron al Teatro Morelos para la impartición de dos conferencias magistrales. La primera estuvo a cargo del doctor Álvaro Gordoa Fernández, rector del Colegio de Imagen Pública y escritor de los libros Imagen Cool, El método H.A.B.L.A. y La Biblia Godínez; en su participación brindó una serie de recomendaciones a los comercializadores para mejorar las ventas a través de su imagen.

La segunda conferencia fue impartida por el Lic. Cuauhtémoc Torres, asesor financiero y profesor de la UAA, la cual versó sobre previsión financiera con el objetivo de concientizar a los distribuidores de la importancia de tener herramientas que sirvan como respaldo ante una emergencia médica o siniestro.

En el mismo recinto, HGC entregó distintos reconocimientos tanto al personal de trabajo como a los distribuidores que llevan entre ocho y diez años trabajando para la empresa; una distinción a su lealtad y a su trabajo. Además, la empresa regaló 16 viajes a Brasil y cuatro automóviles para aquellos comercializadores que superaron una cifra determinada en ventas; asimismo, fue entregada una camioneta para el corporativo de HGC en el Estado de México. La noche terminó con una exclusiva cena en Salón Casa de Piedra. Al día siguiente, la celebración concluyó con un coctel en las instalaciones de Muralia Residencial.

“Yo siempre les digo que no les estamos regalando nada, ellos se lo ganaron con su trabajo. Es simplemente un reconocimiento a lo que hicieron. Si se sienten agradecidos con la empresa, está perfecto, pero es su trabajo el que les ha dado el privilegio de ser distinguidos de esta manera. Ésa es la filosofía de HGC”, defendió Ulises.

La empresa que transforma vidas

Arturo Hernández, Guadalupe Concepción López, Juana Alicia Hernández y Leonardo Castañeda son distribuidores grado Diamante. Cada uno de ellos atestigua la metamorfosis personal y profesional que supone trabajar para la empresa que dirige Ulises, al grado de que sus vidas podrían dividirse en dos partes radicalmente distintas: una anterior a HGC y otra posterior, como ellos mismos aseguran.

El caso de Arturo es uno de los más notorios. Su vida atravesaba un difícil momento antes de ingresar a la red de distribuidores y probar sus productos; no duda en reconocer que entró a la empresa enfermo y con una situación económica apurada. Tras cumplir diez años en la compañía, su realidad no podría ser más distinta: “Ahora estoy sano, los productos me auxiliaron a recuperar la salud en mi vida. Y ahora, gracias a Dios, tengo un ingreso bastante alto, ¡más la fortuna de que me acaban de entregar una camioneta nueva!”, señaló.

Juana Alicia -así como muchos distribuidores más- da fe de las palabras de Arturo: colaborar con HGC representa un salto para adoptar un estilo de vida saludable y benéfico para el cuerpo. “Me transformó totalmente la salud. Sufría de muchísimo sobrepeso, y (los productos) me ayudaron. También me ha beneficiado en la estabilidad emocional: nos brindan muchas capacitaciones y conferencias con ponentes de primer nivel. Ha sido un cambio enorme”.

“Yo nunca pensé que sería posible vivir una metamorfosis (personal, profesional, económica) de una manera tan pronunciada. Pero más allá de eso, lo más valioso de trabajar con HGC es ayudar a muchas personas a que transformen su vida, a concientizarlas de que cuiden su salud. Eso es con lo que yo me quedo”, apuntó Concepción, quien lleva nueve años como distribuidora en Acapulco, Guerrero.

Sería imposible experimentar una transformación positiva tan notoria si la propia empresa y su red de distribuidores no fueran capaces de contagiar un espíritu de superación, de hermandad, de realización y solidaridad, logrando que el trabajo se perciba más como una diversión. Así lo ve Leonardo Castañeda, quien está ligado a HGC desde su fundación: “No puedo decir que es trabajo porque disfruto mucho lo que hago. Es un regocijo conocer gente súper preparada, altamente eficaz, que está decidida a hacer las cosas y cumplir sus metas. Invariablemente te contagias de ese afán de superación”.

Ulises no puede evitar esbozar una sonrisa cuando escucha los testimonios de los distribuidores. Han valido la pena el esfuerzo y el sacrificio a lo largo de estos años, y ver el gozo de sus comercializadores es una razón más que explica el éxito que ha sostenido a la empresa durante una década.

“Siempre he creído que vale más dar que recibir. Y no hay satisfacción personal más grande que ver cómo las personas se transforman. Me siento honrado de trabajar para esta empresa, de su personal y de su red de distribuidores. Realmente es un orgullo decir: HGC es un estilo de vida, yo soy HGC”.

Salir de la versión móvil