«No hay inestabilidad política. Hay gobernabilidad y paz social». Así de conciso respondió el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tras ser cuestionado sobre el último reporte de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) el cual recorta la perspectiva de crecimiento de la economía mexicana en 2019 a 0.5 por ciento del 1.6 previo.
El organismo internacional justificó el decrecimiento en su pronóstico arguyendo que el crecimiento del PIB del país atraviesa una desaceleración brusca debido a factores temporales como huelgas y una mayor incertidumbre política.
En este contexto, López Obrador contradijo la perspectiva de la OCDE al señalar que en el primer semestre de su mandato, la Inversión Extranjera Directa en México alcanzó cimas históricas, con un valor de 18 mil millones de dólares. Mencionó que las remesas enviadas por los mexicanos ascenderán a los 35 mi millones de dólares al término de 2019. Resaltó que la inflación se ha mantenido en niveles bajos no vistos en los últimos tres años.
El titular del ejecutivo federal argumentó que se logró detener la caída en la producción de petróleo, alcanzando cifras positivas; aseveró que se están generando más gasolinas en las refinerías; recordó que hubo un aumento al salario mínimo como no había sucedido en más de 30 años y manifestó que el sueldo promedio en este año es el más alto en la historia del país; y como último dato, señaló la inversión de 300 mil millones de pesos “para beneficio de la gente humilde, de la gente”.
«Vamos bien, lo que pasa que siempre van a cuestionar los que fracasaron con su política neoliberal. Ya no estamos en la época neoliberal», pronunció el presidente.