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Hasta dónde seguir con el salario mínimo

El pasado primero de mayo, el gobierno del Distrito Federal (GDF) lanzó una propuesta para aumentar el salario mínimo.

Si bien una iniciativa como esta siempre será popular y bien aceptada, es importante hacer un análisis que permita conocer si se puede llevar a cabo. Para comenzar, hay que tener en cuenta que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos es un órgano constitucional y tripartita, el cual primero debe ser reformado por los legisladores. Además, actualmente, al salario mínimo se le dan 285 funciones distintas, como son pago de créditos o multas.

Como vemos, no solo es una cuestión de incrementar por decreto el salario, sino también es realizar una reforma completa al esquema de pago del trabajador. Si el marco legal no se modifica, los incrementos por decreto tienen un efecto inflacionario, lo cual lesiona a los propios trabajadores por la espiral inflacionaria generada. Adicionalmente, en una economía que no está creciendo, un incremento al salario es contrario a las políticas que incentivan la creación de empleos.

Por estas razones, el Congreso de la Unión deberá, en el próximo periodo ordinario de sesiones, proponer iniciativas de tercera generación al marco legal que norma las relaciones laborales.

Para lograr lo antes mencionado, se puede tomar en cuenta que hoy en día se tiene información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) que valora una canasta básica alimentaria y una canasta básica ampliada, lo cual puede ser utilizado como base para determinar el salario mínimo que debería estar vigente a partir del próximo año.

De forma adicional y como parte de la democratización de la productividad, los incrementos al salario, para poder recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores, deben estar ligados a las habilidades y competencias que las personas tengan, esto quiere decir que para ganar más se debe tener mayor capacitación y certificación de las competencias laborales.

Ahora bien, por el lado empresarial, se debe entender que los bajos salarios ocasionan una alta rotación y un aumento en la informalidad o migración, lo cual debilita al mercado interno.

Ambos factores de la producción, empleadores y empleados, deben complementar la formación de talentos, pues, el argumento empresarial de que a los buscadores de empleos les hacen falta competencias, técnicas y experiencia, no responde adecuadamente al hecho de que se ofrezcan sueldos poco atractivos. Si bien los jóvenes que se incorporan al mercado laboral buscan un empleo para adquirir experiencia, lo cierto es que a nadie le gusta un empleo con un sueldo muy deteriorado.

Debemos recordar: si queremos empresas competitivas, estas deben ser capaces de atraer y retener al talento; esto se puede lograr con un plan adecuado de compensación para los trabajadores.

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