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¿Hacia una economía circular?

Ante una cultura ambientalista cada vez más fuerte, el reciclaje se ha vuelto una necesidad latente para la industria. La dinámica productiva de Aguascalientes hace que tres residuos, principalmente, requieran ser recolectados, aprovechados y transformados: aluminio (insumo demandado por el sector automotor), cartón (cada vez más utilizado por su bajo impacto medioambiental) y plástico (un mercado creciente en el reciclaje de todo el país).

El secretario de Sustentabilidad, Medio Ambiente y Agua del Estado (SSMAA), Alfredo Alonso Ruiz Esparza, asegura que las empresas son cada vez más conscientes de los costos que tiene el manejo de los desperdicios, debido en gran parte a que en Aguascalientes sí existe una regulación para el manejo de residuos industriales, también catalogados como de manejo especial, a través de la Ley de Protección al Ambiente y el reglamento relativo a ese tipo de desperdicios.

“Nos hemos dado a la tarea de hacer efectiva esa regulación: de que los generadores cumplan su plan de manejo, que los transportistas tengan sus permisos, que los destinos finales tengan sus permisos… Lo anterior contribuye a formar un mercado, porque facilita a que quienes están interesados en un residuo en específico, recurran a nuestros padrones e identifiquen a posibles transportistas, quienes en lugar de conducir el desperdicio a un relleno sanitario, lo llevarán a un cliente que lo procesa para la formulación de una materia prima o insumo”, ejemplifica el funcionario.

Para Ruiz Esparza, un área de oportunidad para impulsar la industria del reciclaje y transformación de residuos de manejo especial es la inversión en infraestructura por parte de la iniciativa privada:

“Sobre todo en la separación de residuos en la fuente de generación. Un ejemplo es la planta Nissan 1, que produce cero residuos. Han logrado separar todos los desperdicios, evitando enviar basura alguna al relleno sanitario, ya que han invertido en equipo separador, de clasificación; y por supuesto, han sabido identificar quiénes son los interesados en ese tipo de materiales para reingresarlo al mercado de materias primas. La inversión en este sentido es vital porque ya después mezclados es muy complicado hacer la separación de residuos o se malbaratan”, expone.

Pero ¿qué están haciendo las empresas locales para responder a esas necesidades? Exploramos la perspectiva de los referentes de cada uno de estos sectores (aluminio, cartón y plástico) para conocer los retos a los que se enfrentan y cómo han evolucionado sus respectivos mercados.

Aluminio

En los últimos años, el crecimiento de la industria automotriz en el país ha sido significativo. En 2018, México desbancó a Corea del Sur como sexto productor de automotores a nivel mundial, de acuerdo con el reporte de la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos Motorizados (OICA, por sus siglas en inglés).

“La producción de automóviles en México ha ido en incremento por varios años y se estima que continuará así en el futuro”, refiere Tony Rocha, director general de TST Nikkei, compañía dedicada a la fundición de aluminio secundario y establecida en Aguascalientes desde 2014. Como ejemplo, el directivo ilustra la llegada de diversas armadoras europeas y asiáticas al país: Honda, BMW, la alianza entre Daimler y Nissan-Renault.

En este contexto, el sector automotor ha sido, indirectamente, un aliado estratégico para impulsar la industria del reciclaje de metales. “Todas estas compañías consumen aluminio, aluminio secundario. Nuestra empresa provee mensualmente 1,600 y 1,500 toneladas de aluminio secundario a Nissan y Jatco, respectivamente”, dice Rocha, aunque también atienden a clientes de otras industrias.

«Nuestra materia prima es prácticamente chatarra. Nosotros nos abastecemos de Estados Unidos, Centro y Sudamérica, y una parte del mercado mexicano”, precisa.

Un artículo de El Financiero, publicado en 2014, revela que el país importaba anualmente dos millones de toneladas de este material, teniendo como principal destino el ramo automotor. Naturalmente, esta cantidad puede haberse elevado ante la creciente demanda de las armadoras.

Otro reportaje de Forbes cita declaraciones de un directivo de Arzys, una empresa de aluminio ubicada en Nuevo León, en las que pone de manifiesto que si bien en México la recolección y reciclaje de aluminio es relativamente eficiente en comparación con otros países, la chatarra se va y se procesa en Estados Unidos u otros destinos y después la exportan de vuelta al país. “Esto es algo que le quita valor agregado al producto”, subrayó.

“Hay bastantes chatarreros en México. La industria es grande, ha incrementado. Naturalmente, también ha crecido la competencia en el mercado de fundición de aluminio. Estimo que en el país ha de haber quince compañías dedicadas a esto”, declara Tony Rocha.

El Instituto Internacional del Aluminio señala que el reciclaje de este material genera un ahorro del 95 por ciento de la energía necesaria para producirlo a partir del mineral de bauxita.

Cartón

El 87 por ciento de la materia prima fibrosa para fabricar papel nuevo en el país proviene de material reciclado, de acuerdo con la Cámara de Papel de México. Según el organismo, por cada tonelada de papel reciclado se capturan más de tres toneladas de gases efecto invernadero al evitar la descomposición del papel y cartón de desperdicio en rellenos sanitarios. Además, “cada tonelada de fibra secundaria reciclada en México es valorizada al menos siete veces, integrándose a la derrama económica y fiscal del país”.

En Aguascalientes hay alrededor de cinco grandes empresas dedicadas al reciclaje de papel y cartón, de acuerdo con Miguel Ángel Sandoval Nieto, coordinador del Centro Aguascalientes de EcoFibras Ponderosa. Menciona que el centro de acopio de la firma capta alrededor de dos mil toneladas de residuos al mes: 80 por ciento es cartón y 20 por ciento, papel. Las cifras se han ido elevando paulatinamente con el paso de los años, ante el dinámico desarrollo económico e industrial que ha venido sosteniendo la entidad en el último lustro.

“Hace aproximadamente cinco años estábamos entre una tonelada, una tonelada doscientos. Crecimos bastante, subimos 800 toneladas en nuestra recolección. Esto se explica por la gran cantidad de industria que ha llegado al estado”, explica. Sandoval Nieto estima que, en total, el mercado de reciclaje de cartón alcanza a recolectar 15,000 toneladas al mes, cifra que incluye a los chatarreros.

En el caso de EcoFibras Ponderosa, los residuos son destinados a dos plantas, ubicadas en San Luis Potosí y Querétaro, para ser aprovechados como materia prima para la elaboración de cajas de cartón, caple (empaques de tipo industrial, farmacéutico y alimenticio), papel liner y papel medium.

“Hemos tenido que innovar al igual que la competencia. Finalmente, mejorar procesos, equipo, operación; esto te permite abrir más mercado”, resume Miguel Ángel.

También añade que han tenido que irse adaptando a los requerimientos que pide la SSMAA. “Ha sido algo complejo. Por lo regular, hace tres años, la Secretaría de Medio Ambiente no te pedía tantos requisitos; ahora, tienes que manejar un destino final, un permiso de transporte, centro de acopio, plan de manejo con todos nuestros proveedores… Pero lo vemos bien, todo está encaminado al cuidado del medio ambiente”, reconoce.

Si el crecimiento de la entidad continúa con el ritmo que ha venido registrando en tiempos recientes, Sandoval Nieto proyecta que su cantidad de toneladas de cartón captadas subirá a tres mil. Considera que la competencia también estará manejando esas cifras.

Plástico

La Asociación de la Industria de Plásticos de México estima que el valor del mercado de plásticos y resinas de México alcanza los 30,000 millones de dólares anuales. El negocio de la basura es muy buen negocio siempre y cuando tengas a quién venderle. No compres un kilo de residuos si no tienes un comprador”, sentencia Ernesto Miranda, director de Poliductos de Aguascalientes.

El empresario lleva más de 30 años en el mercado de reciclaje de plástico. A lo largo de este tiempo, ha podido visualizar cómo ha ido cambiando el sector de recolección y transformación de residuos. Su compañía se dedica a la fabricación de tubería de polietileno para uso agrícola y eléctrico.

“Antes, el personal de intendencia o vigilancia era el que vendía los desperdicios y la empresa, con tal de que se los llevaran, no se preocupaba por su comercialización. Pero ahora, las grandes compañías empiezan a ver la basura como materia prima para reutilizar en sus procesos de producción o para distribuirla”, reflexiona.

Explica que esto fue motivado, en gran parte, por la inclinación de las organizaciones por volverse social y ambientalmente responsables; pero también, por la nueva oportunidad de negocio que el mercado de reciclaje ofrece y, por último, por la mayor regulación establecida por los gobiernos.

Poliductos de Aguascalientes recicla entre 75 y 85 toneladas mensuales de bolsa de polietileno al mes. “No somos la que ocupa mayor volumen en el estado”, aclara. Hay otras compañías que reciclan el plástico para fabricar bolsas, películas agrícolas, incluso tacones para zapatos. Ernesto señala que adquiere sus insumos de empresas que recolectan los desperdicios de grandes marcas como Nissan, Coca-Cola, entre otras.

El empresario menciona que si decidiera fabricar sus productos a partir de “material de primera”, los costos se elevarían al doble. “Y funciona exactamente igual si lo haces con reciclado”.

En relación con la innovación, Ernesto Miranda sostiene que los productos pueden mejorarse a través de aditivos para “subir la calidad de un material reciclado, incrementar su duración, etcétera”. Otra posibilidad es la evaluación de las propiedades del plástico reciclado (como su densidad o índice de fluidez) a través de laboratorios, con el fin de generar lotes homogéneos que garanticen durabilidad y resistencia; sin embargo, el alto costo de los exámenes implicaría sufragar la inversión por medio del incremento del precio del producto, lo cual podría provocar que el consumidor buscase otras opciones más económicas: “La gente no suele estar dispuesta a pagar por tener cierta información”, indica.

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