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¿Hacia dónde va la educación universitaria?

En su libro ¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la automatización, Andrés Oppenheimer plantea que las universidades –y sobre todo sus carreras tradicionales- corren el peligro de volverse irrelevantes en un mundo donde la tecnología avanza tan rápidamente que casi todos los conocimientos “duros” que adquieren los estudiantes son inservibles cuando los reciben.

Además, dice que el auge de los cursos universitarios en línea es otro indicio de que la “educación terciaria” tradicional, en la que los alumnos van a edificios y se sientan en clases, está en crisis. Establece que las universidades tendrán que convertirse en centros de educación permanente para personas de todas las edades y, en general, que la educación superior del futuro será en línea y presencial.

En Aguascalientes, rectores y directivos de universidades, así como autoridades del sector, coinciden en señalar que el futuro nos alcanzó, aunque están implementando las medidas necesarias para adaptarse a la cambiante realidad que vivimos.

El nuevo petróleo del mundo

Para el rector de la Universidad Cuauhtémoc campus Aguascalientes, Juan Camilo Mesa Jaramillo, el conocimiento es el nuevo petróleo del mundo y para desarrollarlo es imperativo dar a la educación la importancia que tiene.

Desde su perspectiva, los países desarrollados han entendido que el conocimiento tiene que fortalecer a la persona; lamentablemente en México todavía se cree que la repetición es la base del conocimiento, cuando no es así. Además, cuestiona que las reglas del juego en materia educativa cambien en el país cada sexenio.

“El enorme reto es desarrollar un modelo a través del cual se adquiera conocimiento; pero para aplicarlo en la construcción de nuevo conocimiento”. Subraya la necesidad de formar jóvenes creativos, que innoven, que resuelvan problemas cotidianos, porque esto genera conocimiento y, por ende, riqueza.

“Si no logramos alinear el sector educativo con el económico, no vamos a ir a ningún lado, por eso debemos entender que la educación es el soporte en un mundo que se está replanteando completamente”, afirma.

Egresados deben ser agentes de cambio

A su vez, el director general del Instituto Tecnológico de Aguascalientes, Jesús Mario Flores Verduzco, considera que el gran reto para las instituciones de educación superior es que los egresados sean agentes de cambio acordes a los retos del desarrollo tecnológico.

Esta universidad es una de las que más está impulsando la educación a distancia, pues actualmente está formando un total de 450 estudiantes en las modalidades semipresencial y virtual, lo cual es posible gracias a las unidades remotas que tiene en Cosío, Tepezalá y Villa Hidalgo (Jalisco), así como a la plataforma digital que ha desarrollado y que administra los contenidos que requieren los alumnos para efectuar sus actividades.

Adicionalmente, el Tecnológico Nacional de México, del que dependen los institutos tecnológicos del país, está desarrollando un nuevo modelo que parte de las tendencias educativas a nivel mundial y que promueve tanto la formación por competencias como que los alumnos sean capaces de aprender durante toda su vida.

“Porque al concluir su carrera, [los estudiantes] van a tener que seguir asimilando nuevos conocimientos y tecnologías; deben ser capaces de poderlos utilizar durante el ejercicio de su profesión, partiendo del desarrollo que se tiene en la actualidad”, refiere.

El futuro de la educación superior es hoy

El director de Educación Media y Superior del Instituto de Educación de Aguascalientes, Gustavo Martínez Romero, señala que ya estamos en el futuro y, por lo mismo, hay que pensar en universidades que atiendan las necesidades de los estudiantes de manera más rápida, aplicando tendencias mundiales como licenciaturas más cortas y una formación flexible basada en el aprendizaje y no en la enseñanza.

“No es aprenderse el código, la fórmula o la fecha, sino saber qué uso le voy a dar a esos datos”, recalca. Hoy, la educación debe estar vinculada al uso de las tecnologías, aunque éstas –a su juicio- no deben competir con el maestro, sino que deben convertirse en un instrumento que facilite el aprendizaje.

“Hacia allá va la educación, con las resistencias del pasado, con un rigorismo monolítico institucional que está luchando con esta tendencia de modernización; pero creo que estamos dando buenos pasos”, agrega.

Destaca que las universidades ya no tienen que ser campus inmensos: si lo son, extraordinario; pero sobre todo tienen que ser campus de conocimiento y entendimiento.

En la actualidad, la exigencia es contar con cuadros calificados, de ahí que los universitarios deben desarrollar capacidades académicas y estar vinculados con las empresas, por lo que se está impulsando la educación dual y la movilidad estudiantil.

Un aspecto importante es que los alumnos hablen un segundo o tercer idioma, lo cual no es un lujo, sino una necesidad.

Sistema Educativo Dual, un modelo exitoso

En 2008, la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID) conoció el modelo de educación dual alemán a través de una universidad colombiana que fue la primera en implementarlo en América Latina. “Vimos que empataba perfectamente con el objetivo que tenemos de poder acercar al alumno lo más pronto posible al mercado laboral”, menciona Caroline Mendoza, directora de vinculación académica de la UNID.

Este modelo tiene muchas ventajas para el gobierno, las instituciones de educación superior y las empresas. Se aplica en 19 de los 47 campus de la UNID en el país, en las áreas de Administración y Dirección Empresarial, Ingeniería Industrial, Comercio Internacional y Logística, y Administración Turística.

“Trabajamos de la mano para saber cuáles son las competencias que debemos desarrollar en los alumnos, y la empresa nos ayuda a formar esos aprendices para que al egresar tengan muchas más habilidades y competencias”, explica.

La vinculación que tienen con las compañías les ha permitido medir el nivel de satisfacción que asciende al 80 por ciento. En Aguascalientes, son 79 los estudiantes que están formándose bajo este modelo.

Y aunque el modelo dual aporta una serie de beneficios a la economía, Caroline Mendoza subraya que las universidades tienen que estar muy atentas al cambio. “La única constante es el cambio: debemos ser universidades muy abiertas a las necesidades de las empresas, de la sociedad y a la realidad de las instituciones, y tener flexibilidad en el diseño curricular”.

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