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Grupo Acerero: Dos familias que se fundieron en el éxito

Las empresas competidoras en un mismo sector no siempre son rivales durante toda su existencia. En busca de ventajas para ambas, puede ocurrir un proceso de fusión, que nace mediante un acuerdo firmado entre ambas partes.

El cambio no resulta de la mejor manera para todas las firmas, no obstante, mentes brillantes y con hambre de crecimiento pueden lograr tal hazaña.

En este hito se enlista Grupo Acerero, compañía cien por ciento potosina, y de las únicas a nivel Bajío, dedicada a la producción a partir de chatarra, de materiales como varilla corrugada, malla soldada, castillo, armadura, alambrón, alambre recocido y clavo; liderada actualmente por los empresarios Jacobo Payán Espinosa y Humberto Abaroa López.

Jacobo Payán Espinosa y Humberto Abaroa López

La unión que hizo la fuerza

En caminos distintos, pero para el mismo mercado, sus socios fundadores incursionaron en el mundo del acero hacia el año 1980. Por un lado, la primera generación a cargo de don Jacobo Payán Latuff, con un negocio de compra y venta de acero, y por el otro, la familia de don Humberto Abaroa Castellanos, dedicado al perfilamiento de láminas de acero.

Poco a poco, ante una necesidad a nivel nacional en relación a la escasez de productos derivados del acero en los años setentas, ambas familias deciden incursionar en la industria de la transformación, estableciendo centros de producción de acero donde comenzaron a fabricar sus propios productos para su venta y distribución.

Sin embargo, hacia la década de los noventas, los obstáculos comenzaron a invadir a ambas familias, derivado de la privatización de las empresas de este sector y la llegada de competencia directa, que al igual que ellos, comenzaban a producir sus propios materiales.

Fue ahí, donde ambas familias plantearon la posibilidad de unir fuerzas para consolidar un solo grupo que pudiera sumarse a la competencia con las grandes empresas en México. Un proyecto que logró materializarse en el año 2004, cuando ambos empresarios deciden invertir en una acería y con ello, iniciar un proceso de integración vertical hacia atrás.

Grupo Acerero

Con arduo esfuerzo y trabajo, en 2007, dicho proceso se constituyó, ahora como una recicladora con la compra de chatarra de todo tipo que transforman en materiales de acero para la construcción por medio de su fundición.

Asimismo, en 2011, dieron otro gran paso al conseguir la fusión con algunas empresas siderúrgicas de la región —y así ampliar la familia de los productos que ofrecen—. Tres años después, retomaron el proceso de integración con la compra de un molino de laminación de última generación. Los buenos resultados subían como espuma.

Las expectativas fueron superadas

“Hemos crecido y desarrollado más el talento humano; logramos que Grupo Acerero compitiera ahora a nivel nacional. Con nuevas inversiones, hemos diversificado también nuestros productos. Nuestra empresa ha madurado comercial y corporativamente, quizá esa sea la clave de nuestro éxito”, Jacobo Payán Espinosa.

Ganando cada vez más terreno, Grupo Acerero actualmente capta el 12% del mercado a nivel nacional, y pertenece a una de las siete únicas compañías en México dedicadas a producir este tipo de materiales (de las cuales, sólo dos son mexicanas).

Grupo Acerero

Del mismo modo, gracias a su ubicación en el centro de la República, les permite cubrir las necesidades de acero para la construcción de los estados que generan el 70% del PIB en nuestro país, de manera muy eficiente.

Tienen cobertura prácticamente nacional, principalmente en ciudades como Aguascalientes, Silao, Celaya, Irapuato, Guadalajara, Puebla, Monterrey y Ciudad de México. Ello sin contar que exportan su marca al extranjero a países como Estados Unidos, Colombia y Centroamérica.

“Cerca del 10% lo exportamos a nuestros clientes en distintos países en América, el resto se vende aquí en México”, expresan.

Entre los proyectos en los que su producto ha tenido la oportunidad de figurar para su edificación se encuentran el famoso Aeropuerto de Texcoco Felipe Ángeles, en la refinería petrolera de Dos Bocas y como cliente recurrente tienen a la firma Caterpillar, fabricante mundial de equipos para la construcción y minería.

En tanto, su capacidad de producción ahora se encuentra entre las 840 y 900 mil toneladas de acero al año, donde por mes, cerca de seis mil unidades de carga salen y entran de la factoría para distribuir todos los materiales. Además, cuentan con una fuerza laboral de aproximadamente dos mil trabajadores, todos orgullosamente potosinos.

“Nos consideramos buenos empleadores, siempre buscamos ser amigos de nuestros trabajadores, les damos buenas condiciones de trabajo, transporte, bonos y seguridad social. Se trata de que todos crezcan de manera integral en la empresa, eso nos llena de satisfacción”, comentan.

El proceso que pocos dominan

Actualmente, entre todos los productos que ofertan se encuentra un vasto listado de:

Con cinco sedes ubicadas en el corazón de la Zona Industrial del estado, su propia línea de transporte de carga y laboratorios certificados ISO y EMEA, Grupo Acerero lleva a cabo los procesos para entregar a sus clientes los más altos índices de calidad en los materiales adquiridos.

La dinámica de producción

Este inicia desde el trabajo de recolección de chatarra (que muchas veces es traído desde Estados Unidos), de ahí se deposita en grandes cestas para ser transportadas hacia la acería, donde a través de un horno eléctrico, se funden las piezas.

Posteriormente, el material incandescente pasa por una máquina de colado continuo, donde es trasladado hacia un área de enfriamiento para su posterior laminación. Luego, es segmentado para dar la forma a cada uno de los materiales y finalmente, el producto terminado llega al área de salida para su transportación con el cliente final.

Aprendiendo a superar los retos

Indudablemente, como cualquier otra empresa familiar, (y más aún, siendo dos familias asociadas), existen retos que deben superarse de manera inteligente y siempre buscando beneficiar a la empresa.

En ese sentido, Jacobo y Humberto, coinciden en que la primera tarea que tuvieron que resolver, fue la de compaginar sus intereses y poder construir una red de confianza sólida. Viniendo ambos de dos formas distintas de pensar y trabajar.

Así también, el reto de la sucesión, pues Jacobo relata, no es fácil pasar de una generación a otra; el rezago generacional muchas veces también influye y busca imponer formas de trabajo y pensamientos propios, sin dar oportunidad de que alguien más del equipo te asesore.

Una experiencia que pudo vivir con su padre (primera generación) y un punto que deberán tomar en cuenta y asumir por parte de los miembros que continúan después de ellos (tercera generación).

Jacobo Payán y Humberto Abaroa

“De hoy en adelante, el reto más difícil es que viene un número interesante de miembros de la familia, por lo cual ya planeamos institucionalizar más a la empresa, para que perdure en el tiempo”, Jacobo Payán Espinosa.

Trabajar para crecer

Poniendo manos a la obra, hoy la dinámica directiva en Grupo Acerero se fortalece, pues a la fecha, Jacobo participa activamente en el Consejo de Administración, mientras que Humberto se desempeña como director general y de proyectos.

Además de integrar un equipo de seis expertos de los cuales, tres son familiares directos y el resto son externos, con conocimientos en finanzas, mercadotecnia, fiscal, etcétera.

“Ahora ya todas las decisiones se toman tras una revisión minuciosa y bajo un plan estratégico a diez años, y no al azar; consultadas además por todos los miembros de la sociedad”, explican.

Una empresa ecológica y humanamente responsable

Si bien la perspectiva que se tiene de grandes compañías como esta, es la de generar contaminación y afectar al medio ambiente, la realidad es que Grupo Acerero, desde su inicio, ha trabajado a la par de las buenas prácticas, tanto ecológicas como de desarrollo humano.

Desde su proceso de recolección de chatarra, buscan convertir lo que ya es totalmente inservible en un nuevo material que pueda volver a ser aprovechado y abone a la reducción en el número de desechos, tanto en México como en el extranjero, del cual proviene cerca del 20%.

Asimismo, en sus métodos de fabricación, le han apostado a la utilización de energías limpias como lo es el gas natural, eólica y fotovoltaica, además de que ya están trabajando, en un mediano plazo, en transicionar completamente a este tipo de energías.

Cabe señalar, su impacto hacia la atmósfera con gases contaminantes, se ha reducido al máximo con la implementación de un mecanismo que capta todo el CO2 emitido y lo redirige a una máquina que lo descompone en partículas no contaminantes.

Es decir, Grupo Acerero es una empresa que cumple con todas las normatividad para operar de manera segura y con el menor impacto.

Esto sin contar que son miembros del US Green Building Council (Consejo de la Construcción Ecológica de Estados Unidos), Organismo internacional que respalda a las entidades que aportan productos, servicios e ideas sustentables.

“El trabajo de equipo es indispensable: uno solo no puede. Somos un equipo, una familia que camina unida para lograr la meta”, Humberto Abaroa.

La columna vertebral de su empresa, destacan, es su gente, su equipo de colaboradores, quienes siempre se encuentran en constante crecimiento y manejan grandes cualidades como la responsabilidad, compromiso y pasión por su trabajo.

Un esfuerzo que les es bien retribuido por Jacobo y Humberto, ya que les brindan estabilidad económica y laboral, excelente ambiente de trabajo, así como la oportunidad de desarrollarse profesional y personalmente a través de cursos, capacitaciones y un salario competitivo.

“Contamos con nuestra propia universidad para el desarrollo de colaboradores, Universidad GASA, en la que se da capacitación operativa, técnica, administrativa y gerencial”, añaden.

La visión de crecimiento continúa

La sombra que genera la empresa en el mercado del acero nacional es cada vez más grande. Desde aquella decisión de fundir a ambas familias con el objetivo de impulsar los sueños e intereses de cada uno hasta el día de hoy, los buenos resultados se han multiplicado por centenares.

Para un ejemplo de ello, en tan sólo diez años, Grupo Acerero ha crecido en un 500% en su volumen de producción, pues pasaron a reciclar chatarra por toneladas, y su producción alcanza las 840 mil al año.

De cara a los próximos años, tienen como proyecto la adquisición de una nueva acería para comenzar a producir su propio planchón e iniciar con la elaboración de materiales planos, así como diversificar sus exportaciones al mercado estadounidense con la fabricación de clavos para pistolas.

Grupo Acerero

En capacidad de producción de trefilados, el objetivo es aumentar lo fabricado de 70 mil a 120 mil toneladas anuales y vender un 40% más a lo actual, así como garantizar la existencia de su materia prima con la construcción de nuevos patios de chatarra alrededor de la República y así producir el 100% con recursos propios.

La generación de nuevos empleos también se encuentra entre sus planes, pues para este año, pretenden sumar a su fuerza laboral, entre 500 y 600 nuevos trabajadores.

“Grupo Acerero es la empresa que más ha crecido en San Luis Potosí y en el bajío, lo más importante es que lo hicimos rompiendo paradigmas; el de dos familias que eran competencia y se unen y crecen contra todo pronóstico. Estamos muy orgullosos de dedicarnos a esto”, finalizan.

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