La identidad, cultura y tradición de Zacatecas puede verse reflejada en las múltiples y variadas artesanías que desarrollan las manos hábiles de los habitantes que dedican su vida a ello.
La calidad de los trabajos artesanales que se realizan en el estado han sido premiados y reconocidos a nivel nacional e internacional en varias ocasiones. Para dar difusión y dignificar su trabajo, se creó el programa “Grandes Creadores Zacatecanos”, que ha permitido conocer a las personas dedicadas a este oficio.
A continuación te presentamos a algunos de las y los artesanos más destacados del estado que dedican su vida a una tradición zacatecana, presentados por la Subsecretaría de Desarrollo Artesanal.
Habilidad en los textiles
En el municipio de Villa García se encuentra uno de los artesanos textiles que ha destacado y ha sido galardonado en concursos nacionales e internacionales: Ramón Vázquez Ortíz, quien lleva más 40 años dentro de este oficio.
Lana, algodón y en ocasiones, yute, son los materiales principales con los que crea diferentes piezas con la finalidad de que sus productos sean más orgánicos, para lo cual también utiliza pigmentos y mordientes naturales.
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Para los procesos de creación utiliza la técnica de telar de pedal y la técnica tradicional de sarape, donde los ensambles son sobre urdimbre y las figuras se van formando de a poco, con parsimonia y dedicación.
Hasta el momento ha ganado múltiples premios, principalmente estatales, sin embargo destaca el premio que ganó en el Concurso Nacional de Sarape. Sus productos se pueden encontrar en varios puntos del estado, del país y de otros. “Cuando ustedes compran una artesanía, compran la memoria histórica de nuestro estado del país” indica Ramón Vázquez.
De las manos a la cantera
Refugio Guevara Saucedo es un artesano cantero del municipio de Guadalupe que se ha consolidado dentro del oficio a lo largo de los años, realizando piezas decorativas, para construcción y esculturas a base de cantera, mármol, onix y granito.
Según indica, aprendió el oficio solo y desde entonces ha estado laborando específicamente en esto desde 1990. Su inspiración surge a partir de hojas, ornatos, flores, figuras humanas, dependiendo del trabajo que tenga que realizar, asimismo, los tiempos que se requieren para una u otras piezas, varía.
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Sus obras se pueden encontrar en distintos puntos de la ciudad, como la escultura que yace en el Hotel Mesón de Jobito, otra en la Plazuela García, cerca del Museo Rafael Coronel, en su homenaje al Minero Antiguo. Otras de sus piezas están en diferentes países y estados.
Guevara Saucedo ha participado y ganado distintos concursos estatales y nacionales, además, ha sido reconocido dentro del libro de Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano de Fomento Cultural Banamex.
Extendiendo la tradición
El joven José María Hernández Juárez es un artesano dedicado a la talabartería en el municipio de Sombrerete. Alrededor de diez años se ha desempeñado en el oficio a partir de la enseñanza e influencia de su padre.
Los materiales con los que trabaja principalmente son cuero de res, entre otras pieles finas, la pita y la plata. Estos últimos dos materiales son utilizados en hilo para bordar. Entre sus técnicas, utiliza el cincelado en tallado de cuero. Sus herramientas son diversas, pero la principal, es el abridor giratorio.
A través de la entrevista que le realizaron, indicó que la talabartería se trabaja en muchos estados, sin embargo, pocos son los que lo trabajan de manera artesanal como lo realiza él.
Hernández Juárez ha participado en dos concursos, uno estatal y otro nacional, llevándose en ambos el primer lugar. Sus trabajos se elaboran con el mejor material que puede haber en el mercado. Para él, apoyar a los artesanos es apoyar también la economía local.
La historia en miniatura
En Guadalupe, Esmeralda Ochoa desempeña su labor como artesana alfarera, realizando principalmente maquetas con escenas de la historia del país y el estado. Su acercamiento hacia este oficio inició hace 7 años mediante el taller de Mónica Velázquez.
Para sus obras utiliza barro natural, embobes, esmaltes y pinturas acrílicas para los acabados. Su técnica se basa, sobre todo, en el modelado a mano, apoyándose en el uso de pinceles y palillos. Su proceso de creación suele tardar de una semana a tres meses.
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Hasta el momento trabaja por su propia cuenta y trata de materializar las tradiciones e historia del estado. Su trabajo se conoce por ser alfarería en miniatura y los detalles que en ellos se encuentran.
Su trabajo le ha permitido ser ganadora de premios estatales y nacionales en los concursos de arte popular y derivado de la artesanía, además del concurso, a nivel nacional, de nacimientos mexicanos. Según menciona, parte de preservar el oficio es apoyándolo con la adquisición de piezas.