Ante la crisis sanitaria, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, implementó una serie de restricciones para evitar la propagación del virus en el territorio estadounidense, entre ello se dio el cierre de las fronteras y una serie de restricciones que redujeron la inmigración ante la amenaza de la pandemia. Aunque estaban previstas sólo durante este periodo, el gobierno de Trump busca extender estas restricciones algunos meses más o incluso años.
Como primer paso, los asesores de inmigración de gobierno trabajan en una orden ejecutiva en la que se prohibirán las visas laborales. Debido a los despidos en Washington, ésta medida podría suspender otro tipo de visas e incluso la contratación de incentivos connacionales.
Con estas iniciativas del emplazamiento, podría permanecer la política de expulsión a los migrantes detenidos en la frontera con México, escudándose bajo el discurso de la protección de la salud pública, según menciona Mark Morgan, comisionado interino de Aduanas y Protección Fronteriza.
Estados Unidos cerró sus fronteras con Canadá y México en Marzo y dio orden de expulsar rápidamente a los migrantes, debido al peligro sanitario que produce la pandemia y a raíz del incremento de casos, el 21 de marzo se extendió ésta orden por 30 días más. Este tipo de acciones fueron criticadas debido a que México no cuenta con un programa de apoyo para aislamiento de personas deportadas.
A pesar de las restricciones, tan sólo en abril miles de migrantes intentaron entrar al país vecino. Por el momento, allegados al presidente Trump, afirmaron que seguirán promocionando este tipo de acciones en próximas campañas en los siguientes meses buscando así el apoyo del pueblo para mantener las restricciones con la excusa de la seguridad sanitaria y amparados por el discurso de una posible segunda ola de coronavirus en el país.