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Gestión de crisis (1/3): Principios y actitudes ante el cambio

Por Xicoténcatl Morales Hurtado, Director de Grupo Gavata

Pocos principios son tan universales en la vida como este que nos ha estado recordando la pandemia durante los últimos meses: las crisis son parte de la vida. Por desgracia o por fortuna, las crisis aceleran procesos de crecimiento, modifican rutinas y afectan nuestras jornadas cotidianas creando un nivel de estrés capaz de trastornar nuestra salud o de realizar una modificación sustancial para recuperarla.

Ed Cole, autor cuyas ideas retomaremos en esta serie de artículos enfocados en la gestión de crisis, dice que el flujo normal de la vida es simple: “Usted está en una crisis o a punto de enfrentar una”. Lejos de tomar esta premisa con fatalismo o emociones de derrota debemos comprender que las crisis son comunes y hasta cierto punto necesarias.

La fluctuación en el mundo de los negocios que ha detonado cambios en los modelos de gestión, las pandemias de los siglos pasados que motivaron la investigación científica, la realineación de las ideologías políticas que aceleró el establecimiento de la democracia o las luchas históricas que han traído cambios sociales cuya contribución al curso de la historia quedó plasmada en los libros, son muestras de crisis reales que nos ayudaron a mejorar en diversos sentidos.   

Ante ellas, hombres y mujeres de variadas latitudes, condiciones económicas y perspectivas de vida tuvieron que adoptar medidas contundentes para superarse y aceptar una nueva realidad capacitándose para enfrentar nuevos retos.

Los principios de la gestión de crisis         

Los líderes corporativos, empresarios, dueños de negocios, emprendedores, directivos de dependencias e instituciones necesitan saber (o recordar) los principios elementales que acompañan una crisis:   

a) La crisis sólo es un medio (abrupto o repentino) del cambio.

b) Entre mayor es la crisis (en su profundidad o forma), mayor es el grado de cambio.

c) Las crisis no se controlan, se canalizan para detonar el cambio.

d) Como sales de una crisis determina cómo entras a una nueva temporada.

Estos principios, sugiere Cole, deberían bastar para concientizarnos de que las crisis nos conducen a nuevos escenarios haciendo que asumamos responsabilidad ante sus consecuencias. En primer lugar porque ponen en evidencia las cosas que venimos haciendo bien o mal, en segundo momento porque nos hacen asumir una perspectiva diferente, fresca y osada ante una amenaza cuyos dos objetivos latentes son: probarnos y prepararnos. 

Lamentablemente y por regla general ante las crisis también hemos adoptado ciertas actitudes. ¿Cuáles? 1. Deseo común de escape y dispersión, 2. Nostalgia por volver a tiempos pasados y 3. Pánico causante de tomar decisiones apresuradas y ambiguas.

Los pioneros marcan tendencia en medio de las crisis

La historia occidental y la crónica que se han dado tan sólo en el siglo XX  en el mundo empresarial hacen referencia a la necesidad de desarrollar un pensamiento pionero ante las crisis. Ser pionero es hacer primero algo que nadie más se atrevería realizar, marcar una ruta alterna para encontrar una salida y asumir el liderazgo para pasar de la observación pasiva a la intervención.

En una realidad cambiante, los pioneros toman decisiones que determinan su destino y el de la gente que los acompaña. No sólo se trata de personas temerarias dispuestas a arriesgar sus vidas, también se trata de personas pacientes, resolutivas y seguras que se alejan de soluciones cortoplacistas o respuestas fáciles.

El sacrificio, adecuada perspectiva, afrontamiento de sus debilidades, conducción de equipos y sentido de la esperanza hace de este tipo de perfiles un ejemplo del que se puede aprender mucho ante las crisis.

Mientras una gran mayoría de gente evita pensar en las consecuencias desastrosas (humanas, materiales o financieras) que acarrean las crisis, los pioneros se preparan para mudarse de pensamiento tomando la actitud más congruente para proveer estrategias y salidas.     

Sabiduría práctica: Estrategias de gestión de crisis    

Establezcamos, para cerrar, una sencilla tarea: date un tiempo suficiente para meditar y plasmar los tres cambios que tienes pensado instituir en tu organización a partir de la experiencia que te deja la pandemia, redacta en el medio que uses para ello dónde estás parado ahora y dónde quieres estar en los próximos seis meses.

Anexa medidas realistas y decisiones que tomarás las siguientes semanas para lograrlos. El resto del año es incierto, así que es mejor que vayas tomando el curso del cambio que buscas establecer para usar esta crisis a tu favor. Nos vemos en la segunda parte.

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