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Generar crecimiento económico mediante scaleups

Por Antonio Martín del Campo

Director Regional de Endeavor Centro Norte

Con la colaboración de Alejandra Miranda Mijares

 

Siendo fiscal general de los EUA, Robert F. Kennedy pronunció un discurso en las costas sudafricanas cuyo eje principal era el coraje moral. Decía: “Unos pocos hombres están deseando enfrentarse a la desaprobación de sus compañeros, la censura de sus colegas y la ira de su sociedad”. El coraje moral es una materia prima más rara que la valentía o la inteligencia. Aun así, es la cualidad esencial que poseen quienes buscan cambiar el mundo.

En los últimos años, las políticas públicas enfocadas al mundo del emprendimiento en México han partido de la premisa de que emprender es igual a comenzar. Si se habla de emprendedores, se hace referencia a proyectos de reciente creación, microempresas, microchangarros.

En esta confusión, el gobierno se ha convertido en emprendedor: más que fomentar y apoyar el desarrollo de un ecosistema con las condiciones necesarias para impulsar empresas, su enfoque está dirigido a estudiantes y micronegocios.

Se entiende que esta postura es la políticamente rentable y con la idea de que “la cobija debe alcanzar para todos”, es mejor dilapidar los impuestos y tomarse fotos que apoyar a los empresarios generadores de riqueza.

No cabe duda que una verdadera creación de valor no puede llegar sin que los emprendimientos pasen de las etapas micro, pequeña o startup.

El crecimiento de un negocio, como el de un ser humano, conlleva una gran cantidad de energía y estrategia. Requiere de determinadas herramientas con las cuales se alcance la mayoría de edad y se supere la fase de sobrevivencia.

Algún autor anónimo decía que el ser siempre una microempresa se convierte en un estado de ánimo, en una manera de hacer las cosas. En cambio, tener una mentalidad scaleup implica tener una poderosa actitud y ambición de continuo crecimiento con su consiguiente efecto económico y compromiso con la comunidad.

Una de las herramientas más importantes de las scaleups es su liderazgo, su capacidad de lanzar productos o servicios innovadores a nuevos mercados, desarrollando talento, financiamiento y clientes.

Gracias a su capacidad de aprender del mercado, corrigen rápidamente aquellos elementos que no añaden valor. Ser parte de una scaleup obliga a ser irreverente, desafiar lo preconcebido, buscar nuevas fórmulas para el éxito. En este escenario, las premisas estratégicas y los objetivos primarios hacen la diferencia entre crecimiento y estancamiento. Por eso, si se quiere trabajar con emprendedores se debe conocer cómo funciona su ecosistema para así abonar a su fortalecimiento.

Un profesor decía: “si vemos al negocio como un niño no podemos siempre preocuparnos en que nazca o solo sobreviva, debemos ser responsables y pensar en su crecimiento. Lo mismo sucede con los emprendedores, no podemos pensar solo en startups. El ser humano y la empresa son mucho más complejos”.

Como dijo Robert Kennedy: «Los tiempos obligan a tener coraje moral y decir las cosas por su nombre. Pensar solo en cantidad y no en la calidad de las empresas, en el número de apoyos y no en los montos y, sobre todo, en las fotos y las rentas políticas, lo único que destruye es la generación de riqueza”.

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