Más allá de ser un acto vital, es un hecho que la cocina es todo un ritual. Especialmente cuando provoca la reunión de las personas que nos importan a la mesa, en una ceremonia íntima que implica toda una experiencia sensorial y de goce que nos hace acercarnos.
Esto lo sabe muy bien Gaddo Magni, chef originario de un pequeño pueblo en Florencia, Italia, quien siendo arquitecto de profesión creció en un entorno rural rodeado de campesinos y los placeres gastronómicos de la Toscana, donde la comida no solo se prepara por necesidad, sino como un pretexto para la unión y el sentido de pertenencia.
Desde que llegó a Aguascalientes, hace aproximadamente dos años y medio, Gaddo decidió mantener viva la tradición de su familia a través de la modalidad de “chef a domicilio”, que como su nombre lo indica, se trata de un servicio en el que los olores, procesos y cultura de la gastronomía que aprendió en Italia se filtran hasta tu cocina.
“Mi figura no es estar atrás de una estufa, es interactuar con los clientes, explicarles lo que hay en su plato, hacerles saber el origen de los ingredientes, como una ‘trattoria’ típica italiana donde no solo comes, sino que el dueño te explica y hasta te lleva a la cocina”, manifiesta el especialista culinario.
Gaddo no está interesado en crear un negocio boutique o un gran restaurante, más bien desea trasladar el fervor y la calidez de un hogar al paladar, simplificando la cocina para volver a las raíces y hacer al comensal parte del proceso. Es por eso que sus ingredientes favoritos son los más tradicionales, esos que encontramos en nuestro hogar pero que con el toque de Gaddo se convierten en una experiencia surreal.
Huevo, harina y agua, son tan sólo algunos; pues para él representan la base y el inicio de grandes recetas llenas de tradición y sabor como aquellas que utilizan los abuelos, quienes en el caso particular de Gaddo, fueron un motivo sustancial de lo que hoy hace con pasión.
A su abuela le prometió dedicarse a las artes y a su abuelo seguir con el legado gastronómico. Por esta razón algunas veces sin que nadie más lo sepa, recordando sus dos pactos, el chef pone especial cuidado a la estética, los colores y la presentación de lo que sirve, mientras consiente los paladares de sus clientes al recordar lo que sus “viejos” le inculcaron.
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