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Francisco de Luna: un estilo de vida convertido en profesión

Tres fotógrafos hidrocálidos que redefinen el instante decisivo

El momento en que se hace una fotografía es casi imperceptible. Es un periodo muy breve, casi mágico, en el que el tiempo se frena para siempre. 

Ya lo decía Henri Cartier-Bresson, uno de los fotógrafos clave del siglo XX, con su concepto “instante decisivo”. Para él, es el momento justo en el que cabeza, ojo y corazón se alinean en un mismo eje: “fijar el instante preciso y fugitivo”.

Para el artista, tomar fotografías no supone dar clicks libremente, sino saber observar la realidad para anticiparse y prepararse para capturar una imagen irrepetible.En esta ocasión, Líder Empresarial conversó con tres fotógrafos hidrocálidos que profundizan en estos instantes precisos y fugitivos. En la era de las imágenes infinitas, cada uno ha logrado alinear la composición, el objeto y el color de una manera única —en la que cada una de sus obras cuenta una historia por sí misma—.

Francisco de Luna 

“Para mí, no puedes tener un estilo único en la fotografía, siempre debes de estar en constante evolución para mantenerte vigente”.

Hijo de artistas, desde muy pequeño Francisco se vio influenciado por su entorno y por ese estilo de vida en contacto con la luz y el color. Tras acompañar a su madre a un sinnúmero de sesiones fotográficas, se dio cuenta de que esos eran el rumbo y la profesión a los que quería dedicar su vida. 

En 2000, fue alumno de un discípulo del afamado Ansel Adams. Además, ha sido representado por Madison Galleries y ha impartido diversas conferencias en México, Estados Unidos y España.

En 2005, fue nombrado fotógrafo del año en Barcelona. Todo lo anterior lo ha llevado a exponer en distintas galerías de varios países.

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