Con la llegada del Covid-19 al territorio europeo, Francia tuvo una caída del 11% en el producto interno bruto (PIB); de ahí que surja la inquietud de reactivar el flujo económico lo más pronto y realista posible. El gobierno francés presentó un plan de estímulos que durante dos años movilizará más de 100 mil millones de euros sobre todo en inversión pública, subsidios y recorte de impuestos.
Este plan es equivalente al 4% del PIB, lo que convierte a Francia en el país europeo que, proporcionalmente, utilizará más dinero público en acciones concernientes a la economía. Prevé alcanzar los niveles pre-pandemia en 2022, evitando mayores pérdidas de empleo e incluso generando nuevas fuentes.
El presidente Emmanuel Macron explicó que se eligieron las áreas de inversión de recursos de acuerdo con las necesidades de la sociedad y poniendo énfasis en las metas, externas a la contingencia, que el país se ha planteado a largo plazo.
La división de los recursos ocurrirá de la siguiente manera:
- 35 mil millones se utilizarán para hacer de la economía francesa la más competitiva de la zona.
- 30 mil millones para energías amigables con el medio ambiente.
- 25 mil millones para apoyar el mercado laboral, sobre todo el juvenil.
- 10 mil millones para el sistema de transportes, de los cuales la mayor parte se utilizará en las labores del tren.
- 6 mil millones para abastecer de energía a hogares y edificios de oficinas.
- 2 mil millones para lo concerniente al hidrógeno.
- Mil millones en apoyo al sector industrial.