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Fluctuación cambiaria… ¿Cómo nos puede afectar? 

En las últimas semanas, hemos estado observando cómo el peso se va debilitando frente al dólar. Para colmo, lo que ocurre en EUA, no nos arroja un panorama muy alentador. Si bien es cierto que el tipo de cambio de nuestra moneda en relación al dólar siempre ha tenido sus vaivenes; la realidad es que ahora, más que nunca, existe una gran incertidumbre, derivada de las elecciones estadounidenses.

El resultado de las votaciones nos confirma lo que siempre se ha dicho: “Cuando Estados Unidos estornuda, a México le da pulmonía”, y esto seguirá pasando. No por quien haya ganado las elecciones, sino por la profunda dependencia que nuestro país tiene con su vecino del norte.

La pregunta obligada ahora es: ¿cómo obstaculiza el desarrollo de las empresas esta fluctuación cambiaria? Eso depende a qué se dedique su empresa.

Indudablemente, si el negocio es parte del sector turístico, el alza del precio del dólar en relación al peso, puede favorecerle al recibir los pagos en dólares, porque simplemente recibirá mucho más.

Sin embargo, fuera de este ramo, sobre todo en las manufacturas, las organizaciones se ven notablemente afectadas. Por ejemplo, las empresas que se dedican a la producción de bienes y requieren allegarse de insumos comprados en el extranjero, son de las más perjudicadas, pues las importaciones implican un mayor gasto para ellas.

Esto nos lleva a una inminente reacción en cadena, ya que con el aumento de sus costos de producción (derivado del incremento en la compra de los insumos), los negocios se ven en la necesidad de subir sus precios de venta, lo cual se ve traducido en un incremento del precio final para el consumidor.

Por lo anterior, la mayoría de las organizaciones se refieren a la fluctuación cambiaria como uno de los mayores riesgos que enfrentan. Esta percepción de los empresarios mexicanos (por cierto, bien fundamentada) hace que cada vez sean menos los que apuestan por el comercio exterior como una alternativa de crecimiento y desarrollo; más aún, como en el caso de Aguascalientes, cuando se ha impulsado mucho más al sector manufacturero, cuyos pasivos son en dólares.

Y hay algo más que no nos ayuda a mejorar el panorama: los financiamientos son escasos o no son canalizados adecuadamente a quienes de verdad los necesitan ─estos pudieran representar una buena herramienta para hacer frente a este tipo de situaciones, pero no lo son─. Mientras esto no cambie, seguramente la fluctuación cambiaria seguirá afectando a nuestros empresarios.

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