Por: Claudio E. Fiorillo, Consultoría, transformación empresarial, Fintech, digital e innovación
Según la Real Academia Española, la «descentralización» se define como «transferir parte de la autoridad». ¿Cómo pensar la descentralización en las fintech? Aquí compartimos varias claves a considerar.
Una primera gran clave: la transferencia de autoridad. Es importante recordar que la evolución de la tecnología nos ha llevado a encontrar tres diferentes formatos:
- Los sistemas descentralizados
- Las aplicaciones descentralizadas
- Las Finanzas Descentralizadas (conocidas comúnmente como DeFi)
Una segunda clave: la descentralización es la ausencia de intermediarios. En este sentido, una de las claves es la tecnología Blockchain. Este es el fundamento principal sobre el que se basa la ausencia de intermediarios, ya que su funcionamiento se da a través de mecanismos de consensos. Hoy en día sobre esta tecnología corren las criptomonedas, los Tokens no Fungibles (conocidos como NFT) y las ya mencionadas DeFi.
Si bien desde su aparición la tecnología Blockchain ha evolucionado, la gente común suele confundir el sistema cripto con la tecnología que hay detrás. Las criptomonedas se transan entre privados, en un sistema descentralizado basado en tecnología Blockchain, en donde el riesgo que se asume es, por tanto, entre privados. Esta es la principal diferencia con el sistema financiero tradicional.
Descentralización en las Fintech
La descentralización, entendida como la transferencia de autoridad entonces, suena bien, pero hay un factor clave a construir y dimensionar: la confianza. En el espacio de las DeFi no existen regulaciones (por el momento), hay ciertos problemas de escalabilidad de la infraestructura y también cuentan con menor liquidez. Por ello, resultan más difíciles de entender para el ciudadano de a pie. Lo anterior es clave si se quiere lograr una masificación como la que hoy día tiene el sistema financiero tradicional.
Otra tercera clave para entender el contexto actual del mundo de los servicios financieros: la Web3. En esta, la creación de contenido no es de la plataforma donde fue creada sino del propietario. Por ello, la defino como la Internet del valor.
Si prospera, cambiará la forma en que hacemos negocios y nos manejamos a nivel interpersonal. Tenemos una gran promesa por delante, pero aún existen desafíos por resolver. Casos como los de FTX generan problemas de confianza y, como ya vimos, esto es fundamental para lograr un mundo más descentralizado.
DeFi como promesa a futuro
Volviendo a las DeFi como promesa a futuro, será necesaria la interoperabilidad entre las diversas tecnologías, plataformas e infraestructuras. Los clientes necesitan facilidades para manejarse digitalmente y será necesaria la regulación (porque hay dinero y valor de por medio).
Posiblemente tendremos intercambios en un entorno regulado, con mecanismos de gobernanza, múltiples cadenas en la plataforma y, finalmente, habrá también un metaverso financiero.
Finalmente, cabe recordar algo muy importante: el cambio tecnológico es exponencial pero el ser humano no lo es. A la par del desarrollo y la innovación tecnológica, hay que trabajar el cambio de comportamiento en las personas para lograr la adopción y posterior masificación. Entonces, ¿fintech descentralizadas? sí, pero con interoperabilidad a nivel de infraestructuras y gestión de los cambios culturales que ello implica.