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Faviola López: Una niña que juega su propio sueño

Tras quince años de tocar puertas y no encontrar oportunidades, Faviola López vendió su primera falda a una de sus amigas. Así, nació una prometedora carrera e inició una lucha constante por hacer que su nombre sonara en el mundo de la moda. Orgullosa de ser hidrocálida, es ahora una de las mejores diseñadoras del país.

Exhibe un carácter peculiar; es directa y muy analítica con cada individuo que pasa por su vista. Al dar un recorrido por su taller, no dejaba de mirar los detalles de nuestros cuerpos: “No puedo dejar de ver tus orejas”, comentaba a un colaborador de la revista, quien solo se sonrojaba.

Su personalidad tan dinámica e inhabitual es vivo reflejo de sus diseños. Faviola se dice cómplice de la mujer que busca un vestido, pues le ayuda a plasmar sus ideas en un objeto que pareciera tener alma…

Líder Empresarial (LE): ¿Qué reflejan tus diseños?

Faviola López (FL): Los números del cuerpo. Debo ver lo largo de los huesos, dónde acomoda cada uno y así crear la fórmula correcta para que esos números encajen. La esencia del vestido se basa en el carácter de la persona, en su anatomía, el color de su piel… Con ello, sabes qué clase de vida y alimentación tiene. Me ocupo de encontrar los rasgos físicos; pero también los personales.

LE: ¿De dónde te inspiras?

FL: Cuando estoy con una mujer, me siento como si jugara con una muñeca: analizo su cuerpo, observo por qué esconde algunas partes y muestra otras. Detectar cuál es su rasgo más bello… Lo más importante es no distraerse de ella, de lo anímico, la situación por la cual está pasando y cómo se visualiza a sí misma.

«Si un diseñador se pone en primera fila, antes que a quien le elabora su arte, entonces no es bueno»

LE: ¿Cómo harías un vestido para Faviola?

FL: No puedo, el mío es el más difícil… Mi papel como diseñadora es darle protagonismo a la mujer que desea un vestido; te acostumbras a ser cómplice en esa historia, hacerla sentir bella y única. Si un diseñador se pone en primera fila, antes que a quien le elabora su arte, entonces no es bueno.

«Desde el momento en el que alguien entra a la tienda, observo detenidamente su respiración, analizo su caminar y cómo es su lenguaje corporal»

LE: ¿Cómo desarrollas la parte técnica de tus trazos?

FL: Desde el momento en el que alguien entra a la tienda, observo detenidamente su respiración, analizo su caminar y cómo es su lenguaje corporal: con esto, trazo en mi mente las primeras ideas.

Al sentarse, me vuelvo una total oyente de sus palabras y trato de convertirlas en matices de un boceto que hago a lápiz, pienso que las ideas salen por la mano. Quince minutos después tendré algo único. Si ella se enamora de mi simple diseño, el vestido la hará sentir aún más especial.

Luego, pasamos a medidas, en donde observo su cuerpo al natural y trato de hacerle sentir que no hay nada que esconder, ella debe de confiar. Con esto surgen los colores; observo qué partes de su cuerpo le gustan más, dónde es más sensible. Al final, iniciaremos el proceso en el taller.

LE: ¿Qué te inspira más de ser mujer?

FL: Es enorme la forma en que adoro ser mujer, es muy divertido… Tener tantos comportamientos, percibir siempre los detalles en los colores, en las personas y en la vida.

Me ha tocado comprender que ser mujer es una tarea de siempre. He visto abuelitas con las chapitas pintadas, así como a niñas pequeñas que se muestran rebeldes y se esfuerzan en hacer sus combinaciones para lucir de esa manera. Nosotras hablamos con lo que usamos al vestir, por lo cual a mí me gusta comunicarme de la mejor forma.

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