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Fallece el artista hidrocálido Eduardo de Luna Arce

El reconocido artista hidrocálido Eduardo de Luna Arce  falleció a los 54 años de edad.

Eduardo nació en Aguascalientes el 3 de octubre de 1967. Proveniente de una familia de artistas donde su papá era pintor  y su mamá fotógrafa, fue en el seno de su hogar donde desarrolló su pasión y vocación por las artes. Egresó de la carrera de Diseño Gráfico por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. 

De Luna completó su formación académica con numerosos cursos, entre los que destacan uno tomado en la escuela de Artes Visuales de Monterrey, Nuevo León, y otro en la ciudad de Valencia, España, para estudiar sobre la luz y color en el arte.  

El hidrocálido alcanzó la distinción de salir dos veces ganador del concurso nacional de ilustración para el cartel oficial de la Feria Nacional de San Marcos, la primera vez en 2003 y la segunda en 2005. 

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En sus obras predominó la belleza femenina y los rostros cargados de expresión. “El cuerpo humano, el rostro, los ojos son una buena fuente de inspiración, de hecho, lo principal que pinto son rostros, el cuerpo. Es lo que mejor hago”, llegó a declarar en una entrevista con Líder Empresarial. 

El artista fue un referente por su interpretación de la figura humana con óleo y carboncillo. En los últimos años se volcó a la espátula y al  expresionismo contemporáneo.

Sus piezas se expusieron a lo largo de toda la República Mexicana y en diferentes museos de prestigio del país y los Estados Unidos. Guadalajara, Querétaro, León, Guanajuato,, Ciudad de México, San Luis Potosí, San Miguel de Allende, Zacatecas fueron testigos de la calidad del artista, pero para Eduardo de Luna siempre fue un privilegio presentar sus exposiciones en nuestro estado:

Soy egresado de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, por lo que es muy importante para mí regresarles un poco de lo que aprendí. Estoy muy feliz por poder mostrar mi trabajo a la gente de Aguascalientes”, nos compartió hace algunos años. 

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Para Eduardo de Luna, no había experiencia más placentera que ver a las personas disfrutar de sus obras: “Es una satisfacción que va más allá de lo económico, es un gran motor porque te hace mejorar”, nos comentó. 

Enamorado del trabajo de Gustav Klimt, Caravaggio, Rembrandt, Van Gogh, John Singer Sargent y Saturnino Herrán (al que consideró como un maestro al ser una fuente de aprendizaje permanente), Eduardo de Luna consideró al arte la manifestación de la individualidad como personas. 

Nos hace, hasta cierto punto, tocar la divinidad (…) Sentirte un poquito más cerca de Dios, de la naturaleza, de tu corazón o de los demás”, afirmó. 

Eduardo de Luna deja un gran legado para el mundo artístico. Su valor como persona será irremplazable y eterno. Descanse en paz. 

Con información de Líder Empresarial, Blanco y Negro, y Aguardiente.

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