Existen múltiples elementos que se deben considerar cuando se desarrolla software para la industria, pues no es lo mismo crear y aplicar un conjunto de programas informáticos para una planta automotriz o de alimentos procesados que para una empresa de servicios o un comercio.
Para empezar, es de vital importancia analizar, junto con las personas que dominan los procesos productivos susceptibles a ser mejorados u optimizados, cuáles son los efectos que se pretenden obtener. Enseguida, hay que proponer un diseño conceptual de la solución, el cual puede consistir en la realización de un software a la medida del usuario, la aplicación de un producto existente, o bien, la combinación de ambos procedimientos.
Una vez acordado el alcance técnico y el diseño conceptual, es momento de entrar en la etapa de desarrollo. En el caso de que se vaya a crear un programa a la medida, se recomienda dividir el proyecto en módulos para poder revisar los avances en determinados periodos de tiempo. Así, se tendrá la oportunidad de detectar errores o hacer modificaciones de forma más eficiente, que ayudarán al cumplimiento de los objetivos establecidos.
Tanto en la implementación de software existente como en el desarrollo de soluciones propias, se aconseja realizar aplicaciones modulares en un entorno de prueba para ir escalando la complejidad del uso. De esta manera, se pueden ubicar posibles fallas (no detectadas previamente), corregirlas y sortear una posible resistencia al cambio por parte de los operarios.
Aunque esta etapa requiere de tiempo, dedicación y esfuerzo; vale la pena efectuarla, pues si no se lleva a cabo y se coloca directamente el software en el sistema de producción, se corre el riesgo de afectar procesos críticos de la compañía, aumentar el rechazo al cambio por parte de los colaboradores (si acontece algún error) e incluso, restringir –y retardar– la puesta a punto del programa en el ambiente de producción, pues a menudo se debe trabajar en los horarios de operación para hacer los ajustes necesarios, lo cual puede ser una limitante.
Al final, conviene evaluar los resultados reales contra los pretendidos y tomar nota de las mejoras potenciales.
Es importante considerar que si se desea aplicar una versión mejorada del software, también es necesario ponerla en un periodo de prueba, para no desestabilizar al que se encuentra aún en funcionamiento.