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Fabiola Ramírez, representante de Aguascalientes, gana medalla de bronce en Juegos Paralímpicos

Fabiola Ramírez, nadadora oriunda de la CDMX pero que desde hace más de una década representa a la delegación de Aguascalientes, le dio a México su primera presea en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. 

La deportista se alzó con la medalla de bronce en la final de 100 metros dorso, categoría S2, al detener el reloj en 2:36.54, marca únicamente superada por Yip Pin Xiu de Singapur al finalizar con 2:16.61 y Miyuki Yamada de Japón con 2:26.18.

Tras sellar su lugar en el podio, la competidora mexicana, la cual padece parálisis cerebral, manifestó sentirse sumamente orgullosa, pues es el fruto de un trabajo arduo que ha estado realizando durante tantos años, por lo que dedicó su logro a la federación, a su familia y a ella misma. Agregó que es un día memorable en su vida y reiteró el agradecimiento a todos quienes la apoyaron y confiaron en ella. 

Llegué a la meta y vi el tablero y no me la creía, hasta que volteé a ver a los entrenadores y me dicen ‘¡sí, es tuya, es tuya!’. Me quedé con el pecho atorado, de la emoción quería llorar, fue una emoción grandiosa. Yo siempre decía ‘ay no, cuando yo gane una medalla cómo voy a llorar, voy a estar feliz’, pero ahora sé que sí se llora de felicidad”, declaró en una entrevista para la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE).

Tras ganar la medalla de bronce, Fabiola competirá en las pruebas de 50 metros dorso categoría S2 y 100 metros libres S3. «Voy a seguir dando lo máximo para dejar siempre en alto el nombre de México y de las mujeres mexicanas«, aseveró.

En enero de 2020, la nadadora cosechó la medalla de oro en 50 metros dorso en la competencia mundial de paranatación «Jimi Flowers Classic Para Open», celebrado en Colorado, Estados Unidos.

Fabiola Ramírez también participó en los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008 y Río de Janeiro 2016. A la par de su carrera deportiva, la atleta compaginó sus actividades de natación con el estudio de una de sus grandes pasiones: la abogacía.

Tras un hiato en el que dejó de competir, su vocación y gusto por la natación la llamaron de regreso, por lo que regresó a las albercas al mismo tiempo de trabajar en un despacho jurídico.  

“Es imposible dejarlo; son hábitos que ya son parte de la vida de las personas que hacemos deporte a nivel profesional; creo que es muy complicado poder deslindarse de eso al 100%. Independientemente de que ya no compitiera, seguí yendo a entrenar a la alberca”, dijo en una entrevista a Líder Empresarial. 

Lo más importante es nunca perder la fuerza de voluntad y siempre tener objetivos. En lo personal me planteo bien lo que quiero a corto, mediano y largo plazo; Obviamente las metas a corto son las más importantes, porque de esta manera te acercas poco a poco a tu meta mayor”, compartió la ahora medallista paralímpica. 

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