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Fabián Barba: “En el ruedo, uno está dispuesto a ofrecerlo todo”

Foto: Manuel Escamilla

Fabián Barba afronta una de las tardes más esperadas -quizá la más- del año. El día de hoy, el diestro hidrocálido partirá plaza en La México como parte de la Temporada Grande en un cartel en el que también figuran los españoles Enrique Ponce y Pablo Aguado, así como el también acalitano Joselito Adame. 

“Me siento muy honrado, afortunado y agradecido con la vida por poderme permitir vivir la posibilidad de estar preparándome para una corrida tan importante como ésta. Torear en la Temporada Grande de esta plaza es lo que todos los matadores estamos buscando; representa un gran escaparate; es el coso que determinará el futuro de la próxima temporada”, manifiesta a Líder Empresarial, días previos  al festejo de hoy.

En la víspera de tan trascendental cita, Fabián rememora su afición por la Fiesta Brava, nacida en las incontables Ferias de San Marcos a las que acudía cuando era tan solo un niño de 8 años para acompañar a su papá a la Monumental de Aguascalientes. 

Sin embargo, menciona que el momento que forjó su ambición de ser torero fue una tarde de abril en tierra hidrocálida en la que quedó prendado del diestro coahuilense Arturo Gilio Hamdan, en un festejo en el que también partieron plaza los maestros Miguel Espinosa Armillita y David Silveti. 

“Gilio cortó un rabo y la plaza se tornó un clamor. Todo el mundo se arremolinó alrededor de él. Esa escena me impactó muchísimo y dije: ‘quiero ser como él’. Yo tendría unos 11 años aquel entonces», recuerda Barba.

«Definitivamente no era consciente de todo lo que vendría más adelante; no tenía el conocimiento siquiera de qué trayecto  tomar, pero el camino me fue enseñando: me topé con obstáculos, adversidades, sinsabores…vino el primer percance, la sangre, las lágrimas, pero también muchísimas alegrías», apunta. 

En este sentido, el Fabián Barba pone de relieve el fuerte apoyo que recibió de su familia para enfocar su vida en la consecución de un objetivo en particular: ser torero. 

A los 12 años ingresó a la Academia Taurina Municipal de Aguascalientes. Tres años más tarde toma la decisión de irse a España, a la Escuela Taurina de Madrid. En el país ibérico tiene una temporada de 25 novilladas sin caballos. Su debut con picadores se da el 25 de junio de 2000 en Béziers. Va de gira a Portugal, Francia, España, Colombia, Perú. 

El 26 de abril de 2003 toma la alternativa en la Monumental de Aguascalientes, siendo  padrino José María Luévano y testigo Ignacio Garibay.

“De esa tarde recuerdo todo, porque antes de ser matador de toros, cuando era aficionado, guardaba una ilusión tremenda de estar anunciado en un cartel en esa plaza”, asevera.

Dieciséis años después de aquel hito en su carrera, Fabián manifiesta un amor profundo a la Monumental de Aguascalientes, un afecto que el público hidrocálido le regresa.

“Los primeros años tienes que demostrar a la afición que verdaderamente estás comprometido en alcanzar un lugar importante dentro de la Fiesta Brava, de que quieres dejar algo escrito en la Historia (…) Pero en los últimos cinco años, he notado un cariño muy especial por parte de la afición; siento esa amabilidad, respeto y cariño. Considero que me lo he ido ganando a base de ser serio, comprometido y ético. Siempre que estoy anunciado en esa plaza me siento muy responsabilizado por dar lo mejor de mí, que se vea mi mejor versión para no defraudarlos”, reflexiona.

https://www.youtube.com/watch?v=BaczuF6DUHY

En el momento de esta entrevista, Fabián Barba está culminando su preparación para partir plaza en la México. Reitera la ilusión y responsabilidad que alberga. “Es una fecha clave y hay que ser puntual”, dice. 

Tras 16 años como matador de toros, ya se conoce a sí mismo: qué herramientas le funcionan para su preparación, cuáles  no, qué hacer, qué evitar. 

“Claro que la preparación física es muy exigente, pero ése es solo un lado del hacha; también hay que afilar el otro lado para derribar el árbol”. Esa otra cara a la que hace referencia el diestro es la preparación mental, psicológica, espiritual. 

Barba reconoce que a lo largo de muchos años se ha apoyado con expertos en la materia, psicólogos que le han ayudado a conocerse a sí mismo. Para él, es es fundamental que uno se dé cuenta de sus virtudes y  defectos para echar mano de ellos; no permitir que las dudas, los fantasmas y las inseguridades estén por encima de las capacidades que podamos llegar a tener como personas, como profesionales.

«Pero sobre todo, tener muy bien interiorizado que el objetivo principal es ir a una plaza a ofrecer algo de ti, no solo como torero sino como persona. Y es para lo que uno se prepara: ¿qué puedo ofrecer de mí? ¿Qué es lo que me gustaría ofrecerle a todas esas personas? En realidad, lo que sí es muy palpable, es que uno va dispuesto a ofrecerlo todo, hasta la misma vida. Partiendo de esa base, todo puede ir fluyendo de manera favorable 

Sin embargo, a sus 40 años, la vida de Fabián Barba es diferente a la que tenía hace 16 años, cuando tomó la alternativa en su tierra natal. Ahora tiene una esposa, Alejandra, y cuatro hijos pequeños. 

“¿Qué tanto ha cambiado tu manera de torear ahora que eres padre de familia”, le pregunta Líder Empresarial al matador, a lo que él responde:

“Por la cabeza pasan muchas cosas, naturalmente uno no es el mismo que cuando tenía 20 años. En lo personal, ya dependen de mí cuatro pequeñitos, mi esposa, por lo que uno empieza a pensar de manera mucho más madura y conservadora; pero también delante del toro, te das cuenta que el que no arriesga, es difícil que gane algo”. 

Barba afirma que dentro de lo humanamente posible, uno apuesta sobre todo con la intención de “no perder”, pero existen ocasiones en las que se vienen situaciones que uno no puede controlar, dando pie a percances. 

“Cada momento de la vida, cada segundo, hay que vivirlo como si fuera e último, porque no sabemos en qué momento vaya a llegar la hora de despedirse de este mundo; uno tiene que ser consciente de todo esto, vivirlo al máximo y no preocuparse por lo que ya sucedió, ni por lo que pueda llegar a vivir, porque son cosas que uno no puede controlar”. 

Sale en la conversación la palabra “miedo”. Algunos podrían formarse la idea de que los matadores, temerarios por naturaleza, no albergan temor y nervios en sus venas al momento de lidiar un toro, de jugarse la vida. 

“El miedo es parte de uno mismo, se convierte en un compañero de viaje que siempre va en el asiento de atrás y aprendes a convivir y platicar con él, especialmente cuando se torea, porque cuando no estás en el ruedo, lo echas de menos, lo extrañas. El miedo también es un aliado: te ayuda a sentirte vivo, a valorar la vida. Siempre hay miedo a tomar decisiones, a que las cosas no salgan como tú las deseas, en cualquier ámbito de la vida”. 

En este sentido, Fabián alude a una figura trascendental en su vida, su esposa Alejandra: 

«Ella siempre me ha ayudado, me ha impulsado a tomar decisiones que quizá yo en lo particular no habría tenido el valor de hacer. Es un pilar fundamental y una motivación. Sin su ayuda, sería muy difícil que hubiera llegado a donde estoy; pero también el respaldo de mis papás y mis hermanos es importante. 

Fabián Barba ya ha salido victorioso en dos ocasiones por la puerta grande de La México; hoy busca añadir otro triunfo más. ¿Son sus tardes más importantes?, ¿las favoritas de su carrera?

“He tenido varias faenas que recuerdo; pero yo creo que la corrida más importante es siempre la que está por venir. Si te dijera una, estaría negando la posibilidad de poder superarla”, finaliza. 

https://www.youtube.com/watch?v=lyTByBhKX5U
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