El Grupo BID (Banco Interamericano de Desarrollo y BID Lab) es el encargado de brindar soluciones financieras a los países que lo integran, no obstante se focaliza en mayor medida en financiar el desarrollo en América Latina y el Caribe. Desde que se fundó en 1959 tiene sede en Washington, pero es presidido por latinoamericanos; razón por la cual se sustenta la inconformidad de algunos expresidentes sobre la futura presidencia del estadounidense Mauricio Claver-Carone.
A través de una carta 5 expresidentes de la región (Ernesto Zedillo, Juan Manuel Santos, Fernando Henrique Cardose, Ricardo Lagos y Julio María Sanguinetti) manifestaron su desacuerdo sobre la propuesta de Donald Trump de postular a Claver, pues creen que más allá de ser una falta protocolaria es “un quiebre, con obvias derivaciones políticas, en el quehacer de uno de los instrumentos más eficaces para la convivencia hemisférica”.
Expusieron que la situación actual de la región se encuentra grave, debido a la desestabilización de la economía tras la pandemia, por lo que es necesario asegurar la prosperidad en la región, o al menos no alterar aún más su contexto: cosa que no se lograría de integrar a un presidente estadounidense, ya que las perspectivas desde fuera cambian.
“El nombramiento propuesto de un ciudadano norteamericano en el BID no anunciaría buenos tiempos para el futuro de la entidad, lo que nos lleva a expresar nuestra consternación por esta nueva agresión del gobierno de los Estados Unidos al sistema multilateral, basado en reglas convenidas por los países miembros”, argumentaron.
Por su parte, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos argumenta que la decisión de poner a Claver a la cabeza del BID representa una oportunidad para Latinoamérica y el Caribe, pues podrá discernir sobre qué acciones son las más adecuadas para que los países enfrenten los estragos de la contingencia sanitaria.