Recuerdo que cuando el sistema de franquicias empezaba a tomar carta de naturalización en México, mi querido socio y amigo Juan Huerdo estableció su teoría de “Las tres olas”, mediante la cual señalaba que en toda nación donde este modelo de negocio se desarrolla, suceden tres fases: la primera consiste en la llegada de franquicias extranjeras; la segunda, en que los empresarios nativos del lugar desarrollan sus propias marcas; y la tercera, es la exportación de estas.
En México, la primera fase comenzó entre los años 85 y 91. A partir de este último, se da la segunda ola con la creación de los primeros negocios mexicanos de este tipo. Y a finales de la década de los 90 y principios del siglo XXI, se comienza a exportarlos, lo cual demuestra la consolidación de este sistema.
Sushi Itto, El Fogoncito y Taco Inn fueron algunas de las primeras franquicias que se aventuraron a ir más allá del país. Actualmente, parece que la tercera ola cobra más fuerza, pues son cada vez más las que tienen éxito en otras latitudes del mundo. A las mencionadas anteriormente, se puede agregar Kidzania, PrendaMex, Beleki, entre otras.
Pero, ¿por qué resulta una oportunidad interesante la exportación de conceptos bajo este modelo? La respuesta es muy simple. En un mundo global, cuando un concepto, bien o servicio tiene mercado en otras regiones debe atacarse.
Las franquicias siempre tienen como objetivo la dominación de mercados y en uno a veces contraído, en el cual la comercialización puede resultar complicado, se presentan otras opciones que pueden tener mayor liquidez en su economía y menor competencia en algunos giros, lo cual hace factible la exportación.
Debe analizarse con todo cuidado cuáles son los destinos de las franquicias de México. En mi opinión, su destino natural es Centro y Sudamérica. Las similitudes culturales, idioma e idiosincrasia de estos pueblos hacen de estas zonas geográficas un territorio fértil. Desde luego habrá algunas excepciones, como Kidzania, cuyo mercado natural es el mundo entero.
Es de destacarse la labor en este aspecto de Proméxico, el cual ha organizado misiones comerciales para promover las franquicias mexicanas en países como Chile y Panamá. También, brinda apoyo al Inadem para la participación de estas en ferias internacionales.
Así pues, es indiscutible que este modelo de negocio en México vive ya su tercera ola, su etapa de consolidación y desarrollo.
Estoy seguro de que en los próximos años serán cada vez más los conceptos mexicanos que triunfen en mercados internacionales.
*Recuperado de http://www.franquiciashoy.com/noticias-de-franquicias-de-abril-2014/Razones-para-la-exportacion-de-franquicias-mexicanas3732.cfm