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Evaluación Inversa: Tips de mejora organizacional para fin de año

 Por Xicoténcatl Morales Hurtado, CEO Self México

El año 2019 termina y todo cierre de procesos es ideal para llevar a cabo evaluaciones, ajustes y, ¿por qué no? brindar y recibir retroalimentación entre todo el personal que participa activamente en la empresa. 

Comúnmente los procesos evaluativos tienen una forma vertical descendente, es decir, son ejecutados por directivos o tomadores de decisión que emiten sus impresiones de una manera ilustrativa en torno al rendimiento, productividad, metas, logros y objetivos alcanzados en el transcurso de un ciclo laboral por su personal a cargo. 

Según el tipo de organización y estilo directivo estos procesos de evaluación se entregan en dictámenes, métricas, reportes esquematizados y redacciones que nos muestran un panorama integral de los desempeños del personal de una unidad de negocio, predominando siempre la perspectiva “en picada”, de arriba hacia abajo, del mando superior al subordinado.

Ahora bien, ¿existen otros tipos o esquemas de evaluación que puedan ser útiles en tu compañía? ¿La evaluación descendente es siempre la más provechosa para tu visión empresarial? ¿Te gustaría modificar el estilo de evaluación y comprobar que se pueden obtener otras reseñas según quién evalúa? Las siguientes líneas te mostrarán algunos tips de mejora organizacional basados en el modelo de evaluación inversa.

La evaluación inversa (e. i.), es un proceso definido como una evaluación ascendente en el que predomina la opinión de los empleados o personal en general para fomentar un trato equitativo entre aquellas áreas que se sitúan algunos niveles abajo de la cúspide del organigrama.   

Esta obliga a los directivos y miembros con cargos rectores a someterse cada determinado tiempo (seis o doce meses por considerar los rangos más utilizados) a la aprobación y dictamen de sus trabajadores en torno a diversas variables previamente definidas: sociabilidad, puntualidad, manejo de información, control del tiempo, motivación, organización de tareas, estimulación para el desarrollo de nuevos procesos productivos, seguimiento de reglas, entre otras.       

Se trata de algo similar a lo que se usa en el ámbito de las políticas públicas bajo el nombre de Bottom Up, un tipo de evaluación que recoge información de las bases de una estructura organizativa para tomarlas en cuenta integrándolas a una planificación global con el objetivo de mejorar algún elemento específico del liderazgo corporativo, ya sea de tipo procedimental-táctico o valoral-actitudinal. 

Se recomienda que la e. i. se realice de forma seria, con instrumentos bien diseñados para tal efecto, buscando la conducta participativa y que por supuesto no conlleve represalias o amenazas de por medio que puedan infundir control o temor entre los evaluadores, en este caso, subordinados y personal de un escalafón gradualmente menor al mando que se evalúa.

Utilidad de la evaluación inversa

La e. i. es útil por cuatro razones fundamentales:

Esta herramienta de mejora organizacional abre la posibilidad para que el diálogo interno se vuelva trasparente, fluido, honesto y correctivo, asegurando que los empleados adquieran confianza en sus propias estimaciones.  

Es sumamente valioso contar con rúbricas bien redactadas, test, cuestionarios y check list en formatos que sean comprensibles e incluyan los indicadores que cada evaluador deberá interpretar en su justa medida, procurando que en efecto sean miembros de un sector representativo capaz de ejecutar dicha tarea: operarios, oficinistas, personal administrativo, practicantes, becarios, etc., cuya perspectiva pueda aportar al directivo una opinión alterna a la que está acostumbrado a recibir por sus homólogos. 

Acompañar el llenado de una cédula de evaluación inversa con una puesta en común, mesa redonda o sesión de interacción grupal siempre añadirá más valor al proceso ya que confirmará los datos plasmados o descartará asuntos que pueden involucrar un trasfondo subjetivo. 

Conviene que los resultados obtenidos al momento de llevar a cabo la evaluación inversa no se hagan públicos entre el personal para resguardar la integridad, trayectoria o reputación de un directivo. Pero ayuda de sobremanera que la información sea decodificada y mostrada al titular del puesto para promover un cambio sustancial en las siguientes dimensiones que abarcan sus labores:

Una vez recabada la información que arroja la e. i. es necesario que se incorporen medidas preventivas, estratégicas y correctivas que incidan en el estilo de dirección evaluado. 

Cabe aclarar que la e. i. no es el momento para “ajustar cuentas” o maquinar represalias contra el personal ejecutivo de una empresa, sino la oportunidad de enriquecer, fortalecer o reorientar las prácticas directivas motivando su desarrollo para que alcance la máxima competencia.

Finalmente, este tipo de herramientas de mejora organizacional fomentará (cuando es debidamente aplicada) una sinergia y dinámica de colaboración y socialización suficientemente capaz de obtener resultados graduales cada vez que se emplee aprovechando sus simples pero efectivas ventajas.

Si requieres un breve cuestionario gratuito de e. i. para advertir tu estilo directivo manda un e-mail a self.pcd@gmail.com. Es nuestro regalo de navidad para los lectores de Líder Empresarial. ¡Felices fiestas!    

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