El mercado de los alimentos nutritivos se encuentra en apogeo y las barritas energéticas han sido de los productos más beneficiados. De acuerdo con Euromonitor, se estima que el crecimiento de este mercado es superior al 10% anual, lo cual se debe principalmente a las políticas que desincentivan el consumo de comida chatarra.
La estudiante hidrocálida, Carmen Sofía Alcalá Lomelí, decidió responder a ese creciente mercado ofreciendo un valor agregado: calidad artesanal y automatización. Esta emprendedora del TEC campus Aguascalientes creó un modelo de negocios para producir barritas energéticas usando Inteligencia Artificial (IA), robots e ingredientes orgánicos libres de conservadores. El proyecto fue distinguido con la Certificación Internacional en Innovación de IXL Learning (empresa de tecnología educativa de Estados Unidos) y el GIM Institute (Global Innovation Management).
La distinción llegó luego de que resultara ganadora junto con su equipo en la Semana I: una iniciativa del Tec de Monterrey que comprende jornadas de innovación, retos y resolución de conflictos reales que atraviesan empresas de distintas partes del mundo.
La institución aplica este proyecto a sus estudiantes una vez por año, lo hace a través de distintas sedes; la ciudad de Boston fue la elegida por Carmen.
La dinámica consistió en asignar a los equipos participantes una empresa americana a la cual asesorar para innovar su oferta y modelo de negocios. Fue ahí donde la joven hidrocálida encontró el mayor reto: “no sólo echamos a andar la imaginación, sino que investigamos las tendencias que próximamente regirán el comportamiento de los consumidores así como las necesidades del consumidor del futuro y del medio ambiente”, refiere la estudiante.
Luego del análisis, el equipo liderado por Carmen Sofía creó un producto orgánico y amigable con el medio ambiente, en el que los consumidores eligen los ingredientes que la componen: “vivimos en un mundo donde la sustentabilidad deja de ser un lujo y se convierte en una necesidad, por eso es ahora tan sonado el término de economías circulares”, señaló Alcalá.
En el proceso de creación, la aguascalentense incorporó las metodologías del IXL, conocido como uno de los sitios de formación por suscripción más conocidos del mundo, con lo que descubrió varias áreas de oportunidad en su modelo de negocio: “el haber estado abierta a recibir esos conocimientos creo que fue clave en mi estadía. No puedo esperar a aplicar lo aprendido en mi vida laboral”, refirió Alcalá.
Luego de vivir una experiencia internacional tan demandante, Carmen siente una gran emoción no sólo por el modelo de negocios, sino también por los aprendizajes obtenidos en apoyo con empresarios norteamericanos. Saber que las empresas alrededor del mundo dejan de pensar solamente en la diferenciación por costos y se empiezan a preocupar por diferenciarse mediante oferta, es lo que resalta como su mayor ganancia: “se trata de una oportunidad que no solo engloba productos sino sustentabilidad, crecimiento de comunidades e integración de la tecnología”, manifiesta Carmen.