La industria es uno de los sectores más vulnerables a los accidentes de trabajo. Cifras del IMSS y la Secretaría del Trabajo reflejan un incremento de casi nueve por ciento en la incidencia, especialmente entre trabajadores que prestan servicios de apoyo a la producción, conductores de vehículos pesados, operadores y trabajadores de la construcción.
Y aunque los accidentes se previenen con normas oficiales y otras medidas de seguridad, cada subsector e incluso cada empresa debe proporcionar herramientas básicas de protección a sus colaboradores.
Juan Marín, gerente regional de la compañía Seguridad Industrial del Bajío (SIBSA) considera que lo básico para un trabajador de cualquier industria es: calzado, casco, lentes, tapones auditivos, respirador (dependiendo las necesidades), chaleco reflejante y uniforme o indumentaria de manga larga.
Incluso dentro de una misma industria, hay tareas que exigen un equipo de seguridad específico e indispensable para evitar enfermedades, lesiones o accidentes. El gerente de SIBSA considera que algunos de ellos son:
Automotriz
- Guantes especiales para pintura
- Guantes especiales para solvente
- Trajes especiales para pintura
- Respiradores
Soldadura y metalmecánica
- Uniforme 100% algodón o mezclilla, telas resistentes a la chispa o flama
- Casco con protección metatarsal, que va sobre la parte del empeine que cubre las agujetas. Evita la lesión al impedir que algún objeto caiga sobre el pie y traspase el zapato
- Careta de soldador, que protege los ojos y el resto de quemaduras
- Guantes especiales de soldador, que resisten la chispa o flama
Construcción
- Arnés
- Línea de vida
E incluso cada compañía tiene necesidades y posibilidades distintas. Por eso, SIBSA ofrece junto con su venta un servicio de asesoría, previo a la cotización y a la compra, en el que los encargados de seguridad de las empresas están involucrados.
La asesoría incluye un recorrido en cada planta para detección de necesidades y evaluación del equipo de seguridad en funcionamiento. Si se ve necesidad de algún cambio, se llevan muestras, se corren pruebas y se levanta un reporte de duración y resistencia para que el jefe de seguridad pueda hacer la requisición.
Además, explica Marín, “todos los equipos que manejamos tienen una garantía en condiciones de uso normal, ya sea por defecto de fábrica, desprendimiento de calzado, etc. Si es por eso, se le cambia al cliente. Si se debió a un mal uso del producto, se le demuestra que no fue defecto de fábrica. El valor agregado es ese: que todo lo documentamos, se da la garantía y todo se hace por escrito”.