Icono del sitio Líder Empresarial

Establece una política de “puertas abiertas” en tu empresa

Por Xicoténcatl Morales Hurtado, Director de Grupo Gavata

Cualquier gerente, dueño de iniciativa de negocio o titular de un cargo ejecutivo en una empresa podrá confirmar que atender los asuntos emergentes de su equipo de trabajo es casi imposible, sin mencionar que con el tiempo resulta desgastante y difícil superar los rezagos acumulados.

Tanto directivos como colaboradores requieren establecer medidas que optimicen sus tiempos, den agilidad a sus decisiones y establezcan políticas que trasciendan los “incendios” que forman parte del tapiz de urgencias que pueden plagar una agenda laboral de contratiempos llevándola a un nivel de colapso.

Por supuesto que la realidad organizacional es un escenario siempre dinámico (a veces caótico), en el que día con día se enfrentan retos, desafíos y accidentes extremos o situaciones imprevistas. Lo importante es establecer de entrada que somos nosotros quienes debemos aprender a dirigir nuestra mente, emociones y voluntad para responder de forma asertiva y proactiva ante tales escenarios.

Establecer apoyos reforzadores

Para superar en gran medida las problemáticas descritas, los empresarios autogestivos deben establecer y comunicar un sistema de apoyos reforzadores, determinar parámetros y organizar tareas que involucren a todos los miembros de su organización.

Cuantas más personas haya involucradas en una política de colaboración, mayores beneficios serán cosechados. Si podemos modificar, como premisa, nuestra manera de dirigir y delegar, tenemos un tramo bien recorrido hacia la victoria.    

Esta lista puede darte una orientación clara de lo que un check list de apoyos reforzadores puede hacer para tu empresa:

En caso de que imprimas y pongas al alcance del personal que colabora a tu lado una lista como ésta, asegúrate de que sea visible (en gran formato si es posible), clara e inspiradora.

Hacia una política de puertas abiertas

Un consejo práctico para establecer una política de “puertas abiertas” comienza por hacer conscientes a los titulares de cargos ejecutivos sobre la disponibilidad y alcance con la que se muestran a sus equipos de trabajo. Llegar temprano a la oficina dando evasivas para recibir citas a esa hora, evitar tratar un tema con un grupo de colaboradores que lleva esperando varios días para obtener una respuesta o eludir comentarios precisos sobre la falta de un insumo no son buenas señales.

Una política de “puertas abiertas” es algo más que flexibilizar los filtros que hay entre la puerta de tu oficina y una línea de producción. Se trata de ser proactivos en la interacción, intencionales en lo que se dice y hace, pero sobre todo francos, abiertos y comunicativos con respecto a los retos que acarrea una jornada.      

Los altos ejecutivos que han aprendido esto no se comportan, como dice Bruce Tulgan, como superestrellas de su compañía, sino como gestores permanentes de las solicitudes que emiten sus colaboradores en diversas direcciones: de material, de aprobación, de supervisión, de dirección, a veces incluso de disciplina.

Cuando hay limitación de recursos lo mejor es hablarlo directamente, cuando hay retraso en las entregas se debe estimular y provocar la dosis de motivación que demanda una recta final. Cuando el trabajo parece inconexo o asilado, sin excusas se debe intervenir para preguntar ¿qué necesitan?, ¿qué está pasando en el grupo?, ¿cómo podemos encontrar la solución a este problema?

Una razón crucial por la que necesitas una “política de puertas abiertas” es porque detona fuertes dosis de compromiso en aquellos que comparten contigo la enorme responsabilidad de sacar el trabajo adelante eliminando sistemáticamente los factores que impiden la convivencia o la coordinación eficiente de labores.

Salir de la versión móvil