Un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publicado esta semana nos mostró datos preocupantes sobre el desempeño de los legisladores en los estados del país. El panorama general es que los diputados locales reciben mucho presupuesto, sueldos y prestaciones altas, pero sesionan poco y no presentan muchas iniciativas.
El Congreso de Aguascalientes destaca en la lista como uno de los peor evaluados. En 2015 recibió un presupuesto de 172, 144, 000 de pesos, del cual se gastó el 47% en servicios personales para los diputados (sueldos, aguinaldos y prestaciones), fue de los sesionó menos veces en el año y aprobó cada una de las iniciativas presentadas por el gobernador.
Fuentes cercanas al Congreso sienten que esta situación demuestra que no hay una oposición real frente al poder ejecutivo y la actividad parlamentaria se deslegitima. La oposición y los partidos minoritarios, en vez de contravenir a la mayoría, se adhieren a ella para tener más beneficios.
En teoría, una de las funciones del Congreso es vigilar la gestión de los otros poderes y servir como un ente que los equilibra. Pero en el análisis, la práctica muestra lo contrario. El estudio del IMCO (que solo consideró información de 2015) menciona que el gobernador Carlos Lozano de la Torre presentó 13 iniciativas y todas fueron aprobadas.
Durante toda LXII Legislatura (hasta el 16 de junio de este año) el poder ejecutivo ha presentado 82 iniciativas. Ninguna fue rechazada y la mayoría (57, para ser exactos) se aprobó por unanimidad. Solo hay 11 iniciativas pendientes, que bien podrían ser aprobadas en lo que queda del periodo.
Además, las iniciativas del gobernador pocas veces son modificadas, incluso discutidas. Cuando una iniciativa se resuelve por unanimidad, puede interpretarse que no se discutió a fondo, que no se vieron las implicaciones sociales o que el análisis no se basó en la importancia social sino la pertinencia frente al poder.