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España a 40 años de reconciliarse con México

El colapso del antiguo régimen, causado por la invasión napoleónica, fue el elemento principal que encendió la mecha de un movimiento de emancipación en varias de las colonias americanas de España, entre las cuales se encontraba la Nueva España.

El Grito de Dolores, acontecido el 16 de septiembre de 1810, marcó el inicio de la lucha de independencia que terminó el 27 de septiembre de 1821, con la entrada triunfal del Ejército Trigarante a la ciudad de México.

Luego de diversos conflictos económicos y políticos, las relaciones diplomáticas entre México y España se restablecieron en 1977. Ese mismo año se constituyó una comisión mixta para desarrollar acciones de colaboración en ocho ejes clave: política, cultura y educación, ciencia y tecnología, comercio, asuntos jurídicos, turismo, cooperación industrial, energética y minera, y asuntos agropecuarios.

En los 90, España se convirtió en uno de los aliados comerciales más importantes de la República Mexicana. El valor de las exportaciones españolas pasó de 21 millones de dólares en 1976 a 62 millones de dólares en 1997; y en ese mismo periodo, las importaciones pasaron de 50 millones de dólares a 87 millones de dólares.

Durante ese tiempo, el país ibérico fue la vía de acceso de los negocios mexicanos al resto del mercado europeo. De igual manera, México facilitó la comunicación de las compañías españolas con Estados Unidos y Canadá. La lengua y la pertenencia de ambas naciones a grupos comerciales importantes a nivel internacional, representaron ventajas competitivas que ayudaron a consolidar sus economías.

Hoy, los dos países mantienen fuertes vínculos. Al primer trimestre de 2017, las inversiones de España en territorio mexicano llegaron a 1,414.5 millones de dólares, cifra superior a los 941.9 millones de dólares alcanzados en el mismo periodo de 2016 (cuyo total anual fue de 2,890.1 millones de dólares).

La mayoría de los recursos inyectados por España el año pasado (766.4 millones de dólares) se destinaron a los sectores de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica; suministro de agua y gas; y medios masivos.

Aguascalientes se ha convertido en un socio relevante para los españoles. En 2016, la nación ibérica invirtió en el estado 11.8 millones de pesos, lo que significó un aumento del 40.4 por ciento con respecto a 2015.

La comunidad que encontró un refugio y lo hizo su hogar 

La llegada de ciudadanos españoles a Aguascalientes está directamente relacionada con la Guerra Civil Española; así lo considera Alejandro Muñoz Fernández, cónsul honorario de España para los estados de Aguascalientes y Zacatecas, quien dice que este suceso fue el motivo de arribo y posterior asentamiento de la comunidad.

“Llegaron a Pabellón de Arteaga buscando protección. Se asentaron tres o cuatro familias, de las cuales todavía prevalecen algunas personas. España no olvida nunca lo que hizo México con los refugiados de la guerra, eso fue para ellos como cruzar las puertas del cielo”, expresa Alejandro.

También menciona que, durante algún tiempo, la industria textil representó un atractivo para las compañías de capital español; pero muchas de éstas desaparecieron cuando el sector se debilitó en el estado.

Un aliado en la generación de energía limpia

Los españoles tienen participación económica en México en los ramos textil, de la construcción, restaurantero y energético. En ellos, destacan empresas como Mangra, dedicada a la elaboración de implementos agrícolas, y Gestamp, la cual fabrica productos con chapa metálica.

De acuerdo con Muñoz Fernández, la labor de los españoles en materia económica es muy diversificada, aunque reconoce algunos sectores en los que han destacado.

“Las comunidades gallegas se dedican mucho al sector mueblero y hotelero; las catalanas, al textil y al de la construcción. Otras se dedican también a lo agroindustrial y últimamente están llegando varias empresas eólicas. Ahora estoy seguro de que va a venir gente que asesore a los productores vitivinícolas”, menciona.

En la industria energética, España ha participado en la generación de energías limpias. Uno de los proyectos más ambiciosos es un parque fotovoltaico, el cual está a cargo de la firma Alten.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente, el complejo se desarrollará en cuatro predios en un terreno de 433 hectáreas, en el municipio de El Llano. Producirá 144 megavatios, lo suficiente para proveer de energía a 180,000 hogares, según la compañía. Serán instalados cuatro paneles solares con una capacidad de 30 megavatios cada uno, los cuales permitirán reducir las emisiones de dióxido de carbono en poco más de 160,000 toneladas al año.

Los proyectos Solem I y Solem II, pertenecientes a este parque, tendrán una inversión conjunta de aproximadamente 350 millones de euros. Al inicio de este año, se firmaron los contratos de compraventa de energía con la Comisión Federal de Electricidad de México; pero se continúa trabajando en los procesos requeridos para que comiencen a operar.

El lugar donde reposan los secretos

Aguascalientes es un lugar privilegiado debido a que es la sede del único consulado a nivel nacional que atiende a dos estados: Aguascalientes y Zacatecas.

Alejandro Muñoz Fernández recuerda cuando el embajador español visitó la tierra hidrocálida en 1993. En ese entonces, Otto Granados Roldán era gobernador y se encontraba fuera de Aguascalientes, por lo que pidió al hoy cónsul reunir a sus compatriotas y recibirlo.

“En aquel tiempo, éramos como 80 o 90 personas. Estuvimos conviviendo con el embajador, quien regresó muy contento. Ese fue el inicio para que el consulado de Guadalajara pusiera los ojos en mí y, posteriormente, me dieran el consulado de Aguascalientes y Zacatecas, el 9 de febrero de 2002”, expresa.

En México, existen tres consulados españoles: uno en la Ciudad de México, otro en Monterrey y uno más en Guadalajara, al cual pertenece la extensión de Aguascalientes.

Todos los trabajos en una sola oficina y sin remuneración

“El consulado honorario es todas las oficinas de gobierno en un lugar. Así pues, todos los trámites se manejan en este despacho. La misión es pesada y el titular no recibe ninguna retribución económica; pero a Alejandro no le importa, pues la satisfacción de poder ayudar a la gente es muy grande.

“Si estas cuatro paredes que nos están acogiendo hablaran, podríamos escribir una biblioteca entera, porque aquí llega todo el mundo”, cuenta el cónsul honorario y rememora una de las muchas historias que ha coprotagonizado con españoles en Aguascalientes.

“En alguna ocasión, un viejito y su hija llegaron conmigo. El señor se sentó y me miraba, pero no hablaba. La hija me contó que su papá era exiliado de guerra y me presentó con él. Le dije: ‹‹Qué honor tenerlo aquí, voy a hacer con gusto el pasaporte para que usted pueda ir a España››.

Después de eso, me miró y me preguntó: ‹‹¿Si voy a España no me van a encarcelar?››. Él tenía 93 años y todavía tenía el trauma de la guerra, era del ejército republicano. Entonces, le contesté: ‹‹No, yo voy a acompañarlo››. Él se sonrió nuevamente como diciendo que si iba conmigo, no le harían nada. Esto vale todos los millones de euros que te dé la gana: ver que la gente agradece cuando tú le echas una mano”, relata.

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