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Escalamiento de diferencias entre México y EUA es previsible por biotecnología y maíz transgénico

La solicitud del gobierno de Estados Unidos de realizar consultas técnicas, según lo establecido en el acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), con respecto al maíz transgénico y biotecnología, era previsible debido a la falta de sustento científico que existe en las decisiones mexicanas. Estas han logrado únicamente crear incertidumbre en el sector agrícola y amenazar la seguridad alimentaria. 

Así lo aseguró el presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos, (UMFFAAC), Luis Eduardo González Cepeda, luego de señalar que la solicitud del gobierno norteamericano no habla sólo de maíz transgénico, sino de biotecnología (rubro en el que se encuentra el glifosato).

En este caso, refirió que se debe investigar o señalar cuál es el supuesto daño que causa el glifosato, puesto que este herbicida está aprobado en más de cien países. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) no ha demostrado la afectación que asegura que tiene este producto; es decir, no hay estudios en México sobre el posible efecto adverso. 

En lo que respecta al maíz transgénico, recordó que México importa este cereal hace más de 20 años y no se han reportado casos de enfermedades o afectaciones por consumir productos elaborados con ese grano. 

Con respecto al nuevo decreto, publicado el 13 de febrero dijo que “es contradictorio, ya que prohíbe el consumo de maíz genéticamente modificado para la masa y la tortilla. A su vez, se permite su importación para uso pecuario e industrial, lo que finalmente termina como alimento para las personas”.

Agregó: “este gobierno publicó primero un decreto, basado en ideología, donde prohibía el uso de glifosato y del maíz genéticamente modificado a partir de febrero del 2024. Estados Unidos le exigió pruebas científicas al gobierno de México por las prohibiciones y en lugar de presentarlas emite un nuevo decreto que enredó más las cosas”. 

González Cepeda comentó que la respuesta de la Secretaría de Economía es ilógica, al decir que demostrarán con datos y evidencia que no ha habido afectación comercial, “claro que no hay afectación comercial porque no se ha prohibido el maíz transgénico. Ellos pusieron un candado a las importaciones, las cuales se cancelarán cuando exista suficiencia en el abasto. Estamos muy lejos de que esto pueda ocurrir; sin embargo, sí generó una incertidumbre innecesaria por parte del gobierno mexicano a nuestro principal socio comercial”.

El presidente de la UMFFAAC concluyó que México está obligado a presentar los estudios científicos o desistir de una prohibición que no tiene sustento científico.

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