Por Arturo Romero y Walter Buchanan, CFA; de SaveNest
La reciente depreciación que ha tenido el peso contra el dólar no es un tema nuevo en nuestras vidas, tristemente. Hemos visto que este tipo de episodios se presentan en escenarios de estrés, alta volatilidad o incertidumbre en los mercados financieros.
Algunos de estos momentos pueden ser provocados por factores internos de nuestro país, como lo fue la reciente elección presidencial donde resultó ganador AMLO.
Desempeño peso contra el dólar elección AMLO
También afectan al peso factores externos con una alta incidencia en México, como cuando Donald Trump ganó las elecciones en Estados Unidos y existió la posibilidad de que todas las amenazas que hizo en campaña, como el muro, salirse del TLCAN, entre otros temas, se hicieran realidad.
Otro ejemplo es cuando se incrementó la incertidumbre y la percepción de riesgo en el mundo por la crisis financiera de 2008 tras la quiebra de Lehman Brothers.
Ojo, algunos podrán preguntar ¿entonces porqué cuando se subió en 2015 y 2016 nunca regresó a su precio «normal»?
Cuando el tipo de cambio comenzó a depreciarse a finales de 2014 (junto con todas las demás monedas emergentes) no fue por una situación de estrés o choques internos o externos; lo que sucedió fue que un ingrediente muy importante para el valor fundamental del dólar cambió: la FED modificó su política monetaria y comenzó a subir su tasa de interés terminando con años de tasas cercanas al cero; lo que vimos fue una recalibración que estableció un «nuevo normal».
Tres de los pasados 4 episodios de depreciación tienen dos cosas en común; un detonante de “estrés” que genera una rápida deprecación del peso contra el dólar y un “back to normal” o regreso a la normalidad una vez que el mercado ha “digerido” el riesgo.
Ante la situación actual desconocemos cuando será el “back to normal” en el tipo de cambio, o sea si se va a subir más a $27, $28 o $30 pesos por dólar. Tampoco sabemos cual será el nuevo nivel «normal», es decir si cuando pase la pandemia regresará a $22, $21 o $19 pesos
Lo que sí podemos decir es que nos encontramos inmersos en un nivel de alta incertidumbre global y por lo tanto de estrés para el peso, y ¿que sigue cuando pasa el estrés? regresos a normalidad.
Lo que es un hecho es que la depreciación ha sido impresionante (más de 35% en el punto máximo) lo cual naturalmente hace que nos sintamos nerviosos, que nos dé miedo que provoque o agrave la crisis, o que perdamos nuestro poder adquisitivo (que nuestros pobres pesos valgan mucho menos) y ya no podamos comprar productos que vienen de otros países y ni se diga de viajar al extranjero.
Presas de nuestro miedo, mucha gente se pregunta si debería asegurar su poder adquisitivo cambiando todo su patrimonio a dólares; si bien nosotros hemos hablado desde hace muuucho tiempo que para diversificarse bien, también hay que tener otras monedas como el dólar, comprar en estos momentos lo vemos al equivalente de comprar un seguro de auto después de que ya chocamos.
Y no malentiendan, no implica que si ya chocamos ya no necesito el seguro; por supuesto que se necesita y se debe adquirir. Sin embargo, respecto al tipo de cambio una cosa es construir bien nuestro patrimonio y diversificarnos, y otra caer presas del pánico. Tomar una decisión impulsada por las emociones al final nos puede salir caro.
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