Por Jorge Gutiérrez, colaborador de Allenza.
El presupuesto anual y su posterior seguimiento es una de las principales herramientas administrativas y financieras para cualquier empresa. En particular, 2024 presenta diversos retos derivados de las condiciones macro-económicas y políticas globales, regionales y de nuestro País.
Al final del tercer trimestre debemos prepararnos para modelar escenarios, prever riesgos y mejorar nuestra operación del siguiente año, y estar listos a más tardar en noviembre para presentarlo, discutirlo y modificarlo, por supuesto con la participación de los directivos y equipo gerencial de las diversas funciones.
Previo a su construcción, es fundamental evitar un error común: pensar que el presupuesto es un ejercicio financiero o de los contadores; por el contrario, las premisas y condiciones para construirlo deben partir de las diversas áreas: ventas y marketing, por supuesto, en paralelo con operaciones y/o producción, definiendo los diversos proyectos de inversión, mantenimiento, ampliación o modernización, además de los profesionales de tecnología de información, para considerar aspectos de equipamiento, comunicaciones y ciber-seguridad.
En particular para 2024, considerando que se prevé que el Peso se mantenga fuerte contra las principales monedas del mundo, puede ser un buen momento para realizar inversiones con origen en moneda extranjera; esto nos ayuda a compensar al menos en parte el alto nivel de las tasas de interés, que pueden continuar al menos hasta el segundo trimestre del próximo año.
Una vez incorporadas estas consideraciones, debemos desarrollar el presupuesto mensual de ingresos, considerando las temporalidades del mercado específico, continuando con el costo de ventas, de acuerdo con un análisis de las metas de eficiencia, productividad o reducción en el monto de sus diversos componentes, para contar con una estimación realista de la contribución del margen bruto para soportar la operación y costos financieros y fiscales.
Igualmente, en particular las empresas exportadoras deben realizar un ejercicio exhaustivo para incorporar proyectos de reducción de costos y gastos de operación y administración, incorporando incrementos en mano de obra por las muy probables reformas laborales en cuanto al incremento de aguinaldo y jornada de trabajo semanal.
Una buena práctica es contar con dos o tres escenarios de presupuesto, y una vez que transcurra el primer o segundo trimestre, actualizar el resto del presupuesto mensual para continuar los ejercicios de control presupuestal.
Por supuesto, debemos considerar el definir de manera formal y por escrito, quiénes serán los responsables de obtener la información mensual y comparar contra el presupuesto original, y en qué formato de reunión, audiencia y frecuencia serán analizados los resultados y variaciones.
Las condiciones actuales representan el mejor momento para exigirnos contar con un presupuesto y control presupuestal puntual, reduciendo el margen para el impacto de las condiciones externas y una oportunidad para hacernos cargo de fortalecer nuestra operación y de atender a nuestro mercado mejor que cualquier competidor.
Jorge Gutiérrez es asesor y consejero en transformación de empresas, integrante de Allenza, y ha sido socio de las mayores firmas de servicios profesionales en México y el Mundo, con más de 30 años de experiencia.