Calíope, de 45 años, es historiadora, archivista, profesora universitaria y madre de familia; enfrentó el cáncer de mama durante la pandemia por COVID-19, acompañada de su familia, amigas, pareja, así como mujeres que atravesaban la misma enfermedad, y personal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Aguascalientes.
A inicios de 2019, Calíope se dio cuenta que tenía una bolita en uno de sus senos, por lo que acudió con su ginecóloga particular para realizarse una mastografía. En ese primer chequeo, le explicaron que sólo se trataba de la alta densidad del tejido de su mama y que por ello, no había de qué preocuparse, así que continuó con su vida de manera normal.
Un año después del primer estudio, Calíope notó que presentaba un cambio en la textura de su seno izquierdo, por lo que pensó que algo no estaba bien con su salud y decidió acudir de manera inmediata a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No.8 y relató: “Desde el inicio recibí atención inmediata, pero sobre todo; empática, por parte de médicos, enfermeros y Trabajadoras Sociales”.
Debido a la característica física que presentaba, el personal de salud le brindó atención médica inmediata, a fin de encontrar un diagnóstico oportuno, por lo que se realizó una segunda mastografía, y posteriormente un ultrasonido, mismo que confirmaría la presencia de cáncer con alta probabilidad de malignidad.
Posteriormente, se sometió a una biopsia que confirmaría la presencia de cáncer, por lo que Calíope inició un tratamiento –durante la pandemia por COVID-19– en el área de Oncología Ginecológica en el Hospital General de Zona (HGZ) No. 1, donde se le programó para extirpar el tumor y los ganglios linfáticos, y posteriormente recibió 12 quimioterapias y 25 sesiones de radioterapia a lo largo de ocho meses, en la Unidad Médica de Atención Ambulatoria (UMAA).
“Desde el inicio, el personal del IMSS me brindó un trato humano y cálido, pero sin duda, el apoyo de las mujeres en esta institución fue imprescindible durante mi proceso, siempre me sentí acompañada. Se nota la sensibilidad y empatía que tienen en este tema, y eso se agradece mucho”.
A lo largo de ocho meses, Calíope conoció a muchas personas y recordó: “Gracias al compañerismo de las mujeres que, al igual que yo, se encontraban en tratamiento, aprendí mucho porque ellas hablaban el mismo idioma que yo; estábamos pasando el mismo proceso, nos entendíamos y apoyábamos”.
Cabe mencionar que durante el tiempo que Calíope estuvo en tratamiento, se contagió de COVID-19 en dos ocasiones, donde no presentó complicaciones, y el personal médico estuvo al pendiente de su estado de salud en todo momento.
Calíope relató que “es difícil transitar el cáncer, porque no es color de rosa, pero tienes claro que vas a luchar por salir adelante, recuperarte y continuar con tu vida, realizar proyectos, volver a tu trabajo, poder convivir con tu familia y pareja”.
Luego de pasar por días buenos y malos durante la lucha contra el cáncer de mama, la derechohabiente tuvo dos buenas noticias en pocos días de diferencia: la primera fue la calificación aprobatoria de su examen para concluir su doctorado en Historia y Artes, y la segunda, concluir sus sesiones de radioterapia en la UMAA.
Actualmente, Calíope se encuentra de regreso a sus actividades laborales como historiadora y archivista en el área de la Cultura, además es candidata a investigadora por el Sistema Nacional de Investigadores, continúa como maestra universitaria y vive en pareja.
“Volví a mis actividades laborales con muchas ganas. Me considero una mujer muy activa, con muchos proyectos en el presente y en el futuro, y agradezco al IMSS y su personal, sin ellos no hubiera podido enfrentar esta enfermedad”.
Por último, la mujer de 45 años pidió a las mujeres acudir a su médico ante la detección de alguna anormalidad en sus senos, someterse a todos los estudios que sean necesarios y sobre todo, normalizar este tema ya que “puede salvar la vida de una mujer que no sepa que tiene la enfermedad”.
Te puede interesar: