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¿Eres víctima de la procrastinación?

Procrastinar es simplemente aplazar o dejar algo para después. ¿Eres víctima constante de… “mañana”? ¿Cuántas cosas has dejado de hacer por no organizarte y decidir a hacerlas “hoy”? Aplazar se vuelve un hábito, pero
desgraciadamente malo.


Generalmente se comienza un proyecto con pensamiento positivo, supongo que te mentalizas para hacer las cosas y te prometes que ahora sí lo harás, pero claro, comenzarás “mañana” con todo eso. También prometiéndote que serás de voluntad férrea, constante y cumplido.


He ahí el principio del fracaso. Como bien se sabe, esta vida no da nada gratis; lo que obtengas en ella, será por un continuo esfuerzo y actitudes de avance y trabajo enfocadas. Así que para no hacer el cuento muy largo y para, ahora sí, lograr tus planes, te invito a hacer lo siguiente:

  1. Decide exactamente cuál será tu objetivo.
  2. Haz una lista de tareas para lograr tu objetivo. Sé realista y asegúrate de que sean alcanzables.
  3. De la lista anterior, enumera cada tarea por orden de importancia. ¿Qué es más importante que logres? A eso más importante, colócale el número 1 y de ahí para abajo.
  4. Toma tu primer tarea y desglósala en qué es lo que tienes que ir haciendo para lograrla. Ponte metas, de preferencia diarias. Para facilitarte la labor, calendariza tus acciones diariamente y con horario, así podrás ver lo que tienes que hacer cada día y al concluir podrás colocar una señal de “¡Cumplido!”. Verás que de esta manera y con acciones diarias y calendarizadas, además de cumplir con tus tareas y objetivo, lograrás habituarte a tomar acción en el momento.
  5. Pon alarmas diarias, para que no tengas el pretexto de decir que no viste el calendario.
  6. Comienza cada día repitiéndote a ti mismo: “¡Yo puedo!”, “¡yo puedo!”, “¡soy un triunfador!” y adquiere una postura de triunfador: erguido, sonriente y firme. Es increíble la sensación que logras y la actitud que adquieres con hacer esto. Ya estás preparado para comenzar tu día de manera positiva y con energía. Recuerda que para hacer algo grande, hay que comenzar con pequeños pasos, pero constantes y decididos. ¡Ah, y con alarma para no tener pretextos! Lo bueno de todo es que al desglosar un todo en partes más pequeñas, se nos facilita el no decir “mañana”, sino “ahorita”.

Silvia Guerra
silvia@consultoriadeimagen.com.mx

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