Durante los últimos meses, hemos sido testigos de cambios profundos, acontecidos de forma vertiginosa, a nivel nacional e internacional.
En nuestro país, por ejemplo, los movimientos magisteriales y sociales que se han dado en el sureste del territorio mexicano comienzan a ser reproducidos en otras entidades, mientras la autoridad permanece inmóvil (no sabemos si es una estrategia para resolver la problemática o simplemente los hechos la han rebasado).
«Para nosotros es un riesgo que Trump llegue a la presidencia, pues ha desencadenado una reacción xenofóbica contra los mexicanos».
Los militantes de las secciones de la CNTE y de otros grupos que han aprovechado el momento actúan de forma impune, provocando crisis en los estados en los cuales se manifiestan y realizan bloqueos: el desabasto de mercancías ya empieza a perjudicar seriamente a la población y el gobierno se encuentra paralizado, después de lo sucedido en Nochixtlán, Oaxaca. Es evidente que si no se aplica la ley y se permite la anarquía, el país enfrentará una situación muy poco conveniente.
Aunado a esto, tenemos los escándalos por fraudes y deshonestidades de los gobernadores que están por terminar su administración. La ciudadanía espera que los implicados reciban una sanción, pues no es posible que se exija a la mayoría el cumplimiento de las obligaciones legales, fiscales y sociales, cuando hay grupos o individuos protegidos que violan la ley de manera flagrante y frente a los medios de comunicación.
A nivel internacional, podemos observar que también se presentan muchas transformaciones. Hoy, la posibilidad de que el señor Donald Trump se convierta en el presidente de EUA es cada vez más fuerte. Para nosotros es un riesgo que Trump llegue a la presidencia, pues ha desencadenado una reacción xenofóbica contra los mexicanos (los latinos, en general). Acusa a nuestros connacionales de ser la causa de los males estadounidenses y plantea, como solución, construir un muro en la frontera, pagado por México, y dar por terminado el tratado de libre comercio. Además, pretende declararle la guerra a varias naciones, tanto en lo militar como en lo comercial. Una verdadera hecatombe para el mundo.
«La época que nos está tocando vivir es de cambios bruscos y profundos, los cuales marcarán nuestro futuro».
Mientras tanto, en Sudamérica, la población se inclina nuevamente por gobernantes de derecha. El desencanto por las administraciones izquierdistas se debe a los problemas económicos que se han desencadenado en el sur del continente americano. Seguramente, esto marcará las futuras elecciones de esa parte del globo.
También, hemos sido testigos de que un ejemplo de unidad, como lo es la Unión Europea (UE), se desquebrajó con la salida del Reino Unido. El ex primer ministro David Cameron ofreció, durante su campaña, realizar un referéndum para que el pueblo decidiera si se permanecía en la UE o si se salía de ella. Trató de convencer a los votantes de quedarse, pero no lo logró y el Brexit se convirtió en una realidad.
Con esto, las piezas financieras mundiales deberán reacomodarse y los tratados comerciales entrarán en una nueva etapa de negociación (México tendrá que establecer nuevas reglas para continuar su relación comercial con el Reino Unido). El impacto de este suceso no ha sido calculado con precisión, pero algo es cierto: la creación de la UE dio paso a un periodo de colaboración entre los países que la conforman y ha evitado, hasta la fecha, confrontaciones entre ellos; esperemos que esto no cambié, pues en el siglo pasado los problemas entre los europeos terminaron en dos guerras mundiales.
Sin lugar a dudas, la época que nos está tocando vivir es de cambios bruscos y profundos, los cuales marcarán nuestro futuro.