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Envejecimiento digno y saludable

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la herencia genética es la responsable de algunas de las variaciones en el estado de salud de las personas; sin embargo, las causas que más inciden en la salud están en el entorno físico y social, puesto que este determina las posibilidades de desarrollo desde la infancia hasta la vejez.

Específicamente sobre los adultos mayores, el organismo internacional señala que todos deben gozar de un envejecimiento saludable y continuar realizando las actividades que les interesan, además de que el gasto social y sanitario orientado a este sector de la población debe entenderse como una inversión que les ofrezca la oportunidad de seguir contribuyendo de forma positiva en la sociedad.

Asimismo, la OMS refiere que los sistemas de salud deben adaptarse a las necesidades de los adultos mayores y subraya que todos los países tienen que contar con esquemas integrales de atención crónica; pero, ¿cuáles son sus necesidades y qué programas requieren?

Aunque resulte paradójico, la Secretaría de Salud del Estado señala, en el Boletín Estadístico en Salud (abril 2018), que las estadísticas de mortalidad son de gran importancia para conocer los efectos y avances de los programas dirigidos a preservar y mejorar el estado de salud de la población.

En el caso de los individuos de 65 años y más, los datos de la dependencia estatal refieren que en 2017 se registraron 3,624 defunciones de personas con este rango de edad. Las diez principales causas de fallecimiento fueron (aparece el número de defunciones por cada causa):

En general, las acciones a implementarse deben estar dirigidas a la prevención y atención de los padecimientos que van deteriorando la calidad de vida del adulto mayor, como son los crónico-degenerativos.

¿Hay programas de salud integral para los adultos mayores?

En Aguascalientes, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atiende a más de 107,000 usuarios mayores de 60 años. A finales de 2011, puso en marcha el programa nacional Geriatrimss en la entidad; primero en el Hospital General de Zona No. 1, luego en el 2 y, recientemente, en el 3.

El geriatra Antonio Vidales Olivo explica que este programa consiste en realizar todas las acciones pertinentes para que los adultos mayores tengan un envejecimiento digno y saludable.

Con este esquema de atención el paciente es valorado, en un solo día, por el médico especialista, la enfermera, el nutriólogo y el psicólogo. Esto se lleva a cabo en una sala de día geriátrica montada en cada hospital, en la cual se aprovecha al máximo el espacio y el tiempo.

“Cuando atendemos al adulto mayor vemos un panorama más allá del aspecto físico, de la enfermedad como tal; vemos todo su entorno, sus capacidades. Se hace una evaluación multiprofesional para hacer una intervención integral”, expone el especialista.

De acuerdo a la experiencia de Vidales Olivo, los aspectos que influyen en el estado de salud de los adultos mayores son: uno, el deterioro por el paso del tiempo; dos, los factores sociales y psicológicos (no cuentan con el apoyo de la familia o no poseen una red social adecuada); y tres, la salud misma, que puede verse alterada por los denominados “síndromes geriátricos” (caídas, demencia, problemas de incontinencia, úlcera de presión o mala alimentación) y las enfermedades crónico-degenerativas (diabetes mellitus, hipertensión arterial, falla cardiaca o infarto agudo al miocardio, problemas respiratorios, infecciones de vías urinarias, entre otras).

El envejecimiento desde el punto de vista psicológico

Según Vidales Olivo, un individuo se enfrenta a muchos cambios en cada etapa de la vida y su capacidad de adaptación es lo que lo hace sobrevivir. Al ser natural el proceso de envejecimiento, toda persona debe tener la capacidad de adaptarse a él.

“La mayoría se adapta perfectamente; ya se me notan las canas, se me cae el cabello, estoy más flácido, es decir, tengo que adaptarme a esta situación y de esto depende cómo voy a enfrentar el envejecimiento”, explica.

La personalidad también es una cuestión importante. El geriatra comenta que el carácter se forja entre los dos y cuatro años de edad, y a lo largo de la vida este ya no sufre mayores cambios: “así como somos de jóvenes y adultos, así seremos cuando envejezcamos”.

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